Quiera mi querido Señor conceder a este pobre y humilde siervo suyo lucidez y humildad para alcanzar si no certeza, sí al menos la intuición y confianza necesarias para ir dando pasos hacia delante. Sin necesidad de grandes revelaciones, sí al menos con la ilusión de estrenar un nuevo camino de felicidad con el que desde siempre soñó mi querido Señor.