Señor, perdóname, me he acostumbrado a ir a las villas miseria, sin embargo, yo puedo irme cuando quiero, pero ellos no.
Señor, perdóname, me he acostumbrado al olor de la basura; sim embargo, yo puedo alejarme de allí y ellos no.
Señor, perdóname, yo puedo hacer una huelga de hambre, pero ellos no, porque están siempre hambrientos.