Los metodistas no castigarán a un segundo pastor que presidió la boda gay de su hijo

Buenas noticias de los metodistas, segunda confesión protestante más numerosa de los Estados Unidos. Un pastor de esta denominación ha casado a su hijo gay y no será juzgado por ello. Una diferencia significativa respecto de otro caso muy reciente, el del reverendo Frank Schaefer, que acabó suspendido por presidir el casamiento de su hijo y rehusar retractarse. 

El reverendo estadounidense Thomas Ogletree, de la United Methodist Church (Iglesia Metodista Unida) casó a su hijo Rimbley en 2012. Se trata de un pastor, además, que ocupa un lugar de cierta prominencia al haber sido diácono en Yale y el Drew Theological Seminary, un importante seminario metodista.

Esta boda le podría haber causado problemas. Según el libro de disciplina de esta denominación norteamericana, la “práctica de la homosexualidad” es considerada “incompatible con la doctrina cristiana”. Así sucedió en el caso de Frank Schaefer, que recibió una denuncia y vio como se abrió un proceso eclesiástico contra él, a raíz del cual fue apartado del ministerio de pastor, no sin gran polémica. Entre los momentos de la controversia, destacó un acto público de apoyo en el que más de 50 pastores metodistas celebraron una boda gay. Ello no impidió que el reverendo Schaefer fuera condenado, a lo que él por cierto reaccionó reafirmándose en la defensa de los derechos de las personas LGTB.

En el caso de Ogletree sin embargo no habrá juicio, tan como ha indicado el obispo Martin McLee, que ha apelado además a que cesen “los procesos judiciales eclesiásticos por llevar a cabo uniones homosexuales o bodas entre personas del mismo género” y en su lugar “iniciar un proceso de diálogo teológico, espiritual y eclesial”. En coherencia con estas palabras, el obispo McLee prometió organizar un fórum público en los próximos seis meses para debatir cuestiones relativas a la sexualidad humana. Muchos han recibido con alivio la decisión, pues se teme que una actitud negativa hacia la homosexualidad aleje del metodismo a las personas jóvenes.

Pero no todos están satisfechos con la decisión. Randall Paige, otro pastor que estuvo entre quienes protestaron contra Ogletree, mostró su decepción y declaró que no le parecía una “decisión justa”. Para él, quienes defienden la actual enseñanza “se sentirán obviados y afrontarán su propia crisis de conciencia acerca de si pueden seguir apoyando a una iglesia que no cumple sus propias normas”. Frente a esta protesta, Ogletree plantea que las normas disciplinarias no son infalibles, y recuerda por ejemplo el apoyo en el pasado a la esclavitud y a la segregación racial. En este sentido, espera que el proceso de debate que quiere abrir el obispo McLee permita que en el futuro se pueda escribir otro capítulo en la historia de errores pasados.

En cualquier caso, la decisión de no procesar a Ogletree es uno más de los movimientos esperanzadores que se están produciendo en los Estados Unidos dentro de las confesiones protestantes tradicionales.


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