El Departamento de Defensa de Estados Unidos lo ha confirmado este viernes: los capellanes militares sí que podrán celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, tanto dentro como fuera de las instalaciones del Ejército, siempre que estén permitidos por la legislación local.
La decisión había sido anticipada hace unos meses por la Marina de Estados Unidos, pero ante el revuelo causado entonces se anunció que la decisión quedaba en suspenso. Ahora, diez después del final efectivo de la política de “Don’t ask, don’ tell”, el Pentágono ha confirmado que efectivamente las únicas limitaciones a la celebración de este tipo de ceremonias son la legislación local y las propias creencias del capellán.
El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en los estados de Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Nueva York, así como en el Distrito de Columbia, que alberga a Washington, la capital federal. Por lo que se refiere a las confesiones religiosas, las que celebran matrimonios religiosos propiamente dichos entre personas del mismo sexo son todavía minoritarias en Estados Unidos (a diferencia de lo que sucede por ejemplo en Suecia o en Canadá), pero sí hay iglesias importantes que permiten a sus ministros la bendición de tales uniones,como hace la iglesia episcopaliana.