Dios es muy oportuno. Siempre sabe el ‘cómo’ y el ‘cuándo’.
Muy meticuloso trae a mi alma aquello que la fortalece, consuela y potencia en la entrega.
Desde el domingo de Pentecostes no ha dejado de acercarme bendiciones y regalos de apertura y superación. Regalos de conversión y aprendizaje.
Y ya sabemos que las Gracias recibidas siempre son para llegar a uno y a otrxs.
La experiencia creyente es la mejor experiencia que se puede vivir en esta vida.
Una vez más … ‘mi alma canta la grandeza del Señor’.