La Iglesia presbiteriana de los Estados Unidos ha aprobado esta semana el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo. El sí mayoritario de los presbiterios pone el broche de oro a un largo proceso que llevó en septiembre del año pasado a recomendar el cambio en su Constitución.
Aún con algunos presbiterios pendientes de votación, ya el martes quedaba claro el resultado, pues se contaba entonces con 87 presbiterios a favor frente a 41 en contra (de un total de 171). Esta decisión satisface la recomendación de cambio ya hecha por la Asamblea general de esta iglesia, que tuvo lugar en 2014, y culmina el movimiento paulatino hacia posiciones progresistas en materia LGTB de esta confesión religiosa, que agrupa a 1,8 millones de fieles. De hecho, ya hace casi cuatro años la más importante de las iglesias presbiterianas de los Estados Unidos aprobó la presencia de pastores y responsables que vivieran en pareja con otra persona de su mismo sexo.
El cambio se ha realizado a través de una enmienda a la Constitución de la iglesia. Eso sí, como concesión al sector más conservador, la redacción se ha hecho de tal forma que se admite que el matrimonio puede llevarse cabo entre dos personas, con independencia de su sexo, pero se reconoce como “tradicional” la idea de que es entre personas de distinto sexo. Así, donde se decía que el matrimonio era “entre un hombre y una mujer” ahora se lee que es “entre dos personas, tradicionalmente un hombre y una mujer”. No ha sido la única cesión a los conservadores, pues también se ha acordado que quienes no quieran realizar bodas entre personas del mismo sexo podrán continuar sin celebrarlas.
Con todo, el paso dado por la Iglesia presbiteriana es sin duda muy importante. Se trata de una denominación de primer orden, que se suma a otras confesiones que aceptan el matrimonio igualitario en Estados Unidos, como la Iglesia Unida de Cristo (United Church of Christ), algunas corrientes cuáqueras (a imitación de sus correligionarios del Reino Unido) o la Iglesia episcopaliana (rama estadounidense de los anglicanos, que en 2009 autorizó la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo).
Fuera de Estados Unidos, la Iglesia Luterana de Suecia aprobó ya en 2009 el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo. También la Iglesia Luterana de Dinamarca lo permite desde 2012. Por su parte, más allá del cristianismo, dos corrientes del judaísmo, el Judaísmo Reformado, favorable al matrimonio igualitario, y el Judaísmo Conservador (no confundir con el ortodoxo), que lo ha aprobado formalmente, también se han unido a la ola igualitaria.