Su nombre es Umma Azul y es hija de Carina Villarroel y Soledad Ortiz, una pareja de lesbianas, que recurrieron para ser madres a la reproducción asistida. Fue bautizada el pasado sábado en la catedral de Córdoba (Argentina). Su madrina fue la mismísima presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Resulta innegable la Iglesia católica argentina -la misma, no conviene olvidarlo, de la que salió el actual papa Francisco- se ha apuntado en esta ocasión un importante tanto…
La mayoría de medios han resaltado el hecho de que la presidenta Fernández de Kirchner fuera la madrina, un deseo expreso de las madres que quisieron agradecer a ella y a su difunto marido su papel a la hora de impulsar un marco legislativo que en pocos años ha convertido a Argentina en uno de los países del mundo más adelantados en materia de derechos LGTB. Y aunque la presidenta no pudo acudir en persona, estuvo oficialmente representada por la edecán naval Claudia Fenocchio, que desveló que entre los regalos de la presidenta a su ahijada se encontraban varios libros “iguales a los que la presidenta le regaló al papa y un mensaje de paz y esperanza por sobre todas las cosas”.
Pero quizá lo más destacable sea el hecho de que el arzobispado de Córdoba no pusiera impedimento alguno al bautismo de Emma Azul, a sabiendas de que la ceremonia, celebrada además en el altar mayor de la catedral, tendría una gran repercusión mediática. Y es que, por mucho que para la Iglesia católica el objeto del sacramento del bautismo sea el bautizado, no puede obviarse el hecho de que Umma Azul haya nacido en el seno de una familia homoparental dispuesta a llevar la lucha por la igualdad hasta sus últimas consecuencias. Y es que Carina Villarroel y Soledad Ortiz, como católicas que son, se han marcado como objetivo poder celebrar en el futuro su matrimonio religioso. “Vamos a luchar por eso”, ha declarado Ortiz. Tampoco podemos obviar el hecho de que la noticia haya tenido lugar precisamente en Argentina, la patria del papa Francisco, en lo que supone sin duda un espaldarazo a la imagen de renovación que este se esfuerza en transmitir pese a no haberse producido hasta el momento cambio doctrinal alguno respecto a los pontificados previos.