La dicción

Sofía Herrera de Álvaro tiene un canal en YouTube llamado Canal de Creatividad Conductiva. Sofía es mujer de voz bonita voz y fundado
curriculum. La mayoría de sus vídeos sirven para que las familias resuelvan algún sonido de sus niños, la ese, la zeta, la erre. En los comentarios le dan
las gracias.

 

Tiene otro vídeo algo especial. Se llama cómo eliminar tu acento, y lleva colgando una ristra de comentarios de mucha gente. Ella avisa que es para actores que deban variar su acento. Que no se trata de ocultar las raíces ni evitar que identifiquen de dónde se es. Los acentos forman parte de la riqueza cultural de cada lugar.

 

Es asunto superlativamente enconado en la España de las diecisiete autonomías, más Ceuta y Melilla . Las pasiones se nos desbordan como
hemorragias, porque si

 

mi grupo humano está más cohesionado, nos comunicamos mejor,

 es porque somos mejores,

y si somos mejores nuestro acento comunicador
particular no es diferente, es mejor.

 

Y si nosotros somos socialmente mejores,

será que vosotros sois peores.

 

Por ahí no sigo, no quiero seguir. Amor, buenrollito mutuo, cariño, hermandad, sodalidad, estimació, amistat, maitasuna, autoestimua, laguntza, adiskidetasuna, siempre nos vendrá bien. Y desinstalarnos el ego tribal.

Nosotros los gais, o al menos los gais urbanitas occidentales quizá tengamos un tabú del tamaño de la galaxia NGC 4414.  Me llama la atención el concepto de tabú; para nombrarlo hubo que tomar una palabra de etimología…. ¡polinesia! No quisimos usar nuestras propias fuentes de palabras. Lo tabú es tan innombrable que su misma innombrabilidad resulta innombrable,

 

 

 

Innombrabilidad que también es innombrable:

innombrabilidad fractal.

 

Hubimos de tomar una palabra nacida a tres meses de viaje en barco para nombrar todo lo que no puede ser nombrado. Después de este rollo que os acabo de meter, sigo. Es posible que los gais tengamos un tabú del tamaño de tal galaxia: la pluma. Los gestos afeminados, la voz entrecortada con esesss sibilantessss… Aunque las plumas en rigor no son afeminadas porque las mujeres heterosexuales mayoritarias no muestran lo que podríamos llamar plumas.  A mí me gusta escribirlo así Plvma. O Plvhma.

Quien esté metido en el infierno de la continua seducción y emparejamiento
promiscuo urbano occidental ―páginas de contactos, lugares de
baile, charla o promiscuidad― habrá oído esto

 

Respeto mucho la pluma,

pero no me gusta.

Ya sabéis cómo se puede traducir esa frase.

 

Fijáos. Esas páginas de contactos, de perfiles, no suelen incluir vídeos, sino fijas fotografías… ¡Por algo será! Lo digo porque veo briznas en los ojos ajenos, pero no advierto mi pellada de rimmel ni mis pestañas postizas.

 

Muchos gais nos discriminamos en esto. Callo hipócritamente. Pero actúo en consecuencia; doy una espalda. Me retiro, me giro, no hablo con Z.

 

Si estáis del lado rico de la brecha digital, y tenéis acceso a internet, seguro que también tenéis teléfono móvil / celular, o cámara grabadora en este cacharro con que me leéis. Cuando yo pedí a una amiga que me grabase en vídeo situaciones espontáneas de mi vida cotididana, me llevé unas sorpresas

 

 

¡ M A Y Ú S S C U L A S !

 

¡Ese era yo, el que veían los demás! ¡Asombroso! Esa mi postura general, esa dicción, esos codos y muñecas. ¡Esa pelvis hacia adelante, cuello girado… !¡Asombroso! ¡Me gusta! Por primera vez estaba yo encantado de haberme conocido.

 

Castos pero mmmmuy plumíferos besos desde vuestrasss pantallasss.

 

 

 


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