La fe y los motivos para creer son racionales y razonables, aunque llega un momento en que es necesario dar un salto basado en una intuición no demostrable. No podemos hacer nada para tener fe, es Dios quien la da a todos. Sólo podemos educarnos para estar despiertos y reconocer ese amanecer de la fe que Dios siembra constantemente en nosotros.