«Queríamos atender a alumnos en riesgo de sufrir por ser homosexuales, bisexuales o transexuales o de padecer acoso. Queríamos transmitir que estamos dispuestos a ayudar a estos jóvenes, en una situación que suele estar rodeada de un muro de silencio. En la adolescencia nadie quiere sentirse diferente a los demás, y menos por una causa de este tipo», explica Joaquín Álvarez, profesor de ciclos formativos en el IES Duque de Rivas.
Es el responsable de una tutoría de atención a adolescentes que no se consideran heterosexuales, iniciativa poco habitual en el ámbito educativo.
La idea de contribuir a la visibilidad de la diversidad afectivosexual partió de Álvarez en el 2003 y, con el tiempo, ha acabado formando parte de la dinámica y la «identidad» de este centro público de secundaria de Rivas Vaciamadrid, población madrileña a 15 kilómetros de la capital. Otros de los principales objetivos del proyecto educativo son fomentar el respeto de los alumnos hacia las distintas orientaciones sexuales y aprender a combatir la homofobia.
«Empezamos con actividades de sensibilización y el proyecto ha ido creciendo curso a curso y ha logrado el apoyo del profesorado y del ampa», explica Joaquín Álvarez, quien defiende que «se puede acabar con la estigmatización, con los insultos a través de la información». En el instituto de Rivas organizan con regularidad una serie de jornadas y talleres para todos los alumnos, en los que abordan la dignidad de las personas, la diversidad sexual, la prevención del VIH y de otras enfermedades de transmisión sexual, así como la sensibilización contra el acoso escolar.
Además, en el instituto han diseñado una tutoría de atención personalizada y confidencial a alumnos que tienen dudas sobre su orientación sexual (cómo contarlo a la familia, a los amigos…) o problemas con sus compañeros (sentimiento de soledad, bullying). Una hora a la semana, los estudiantes pueden acudir a alguno de los cuatro tutores del centro –entre ellos, Álvarez–. Según explican, se trata de un espacio en el que los chicos y chicas «pueden expresarse, verbalizar si lo están pasando mal o sus miedos». El promotor de la iniciativa destaca que la inestabilidad emocional que suele acompañar a la aceptación de la condición sexual de algunos adolescentes dificulta su avance en los estudios y puede acabar causando fracaso escolar.
Con frecuencia, los centros educativos acaban convirtiéndose en un entorno muy hostil para los jóvenes que no son heterosexuales. Así, la orientación sexual se convierte en un factor de riesgo de acoso. Según una encuesta del Instituto de la Juventud (Injuve), en la que participaron jóvenes de entre 15 y 19 años, cerca de ocho de cada diez confesó haber escuchado comentarios negativos e insultos hacia homosexuales, bisexuales o transexuales. Alrededor del 40% ha visto cómo se les ignoraba o aislaba y un 18% ha sido testigo de golpes o empujones.
El proyecto del IES Duque de Rivas se ha trasladado a la red, mediante un blog (tutoriaglbt.blogspot.com), donde recogen experiencias y contenidos especializados sobre cómo tratar la diversidad sexual en las aulas. También atienden consultas a través de correo electrónico.
Para Joaquín Álvarez, arrancar y desarrollar la tutoría no sólo ha supuesto un compromiso personal, sino un revulsivo en su labor como educador: «Soy militante del colectivo gay y consideraba que hacía poco por la causa en el instituto. Después de 30 años en la enseñanza, este proyecto me ha reconciliado con el sistema educativo, me ha devuelto la ilusión».