Hiriéronme sin razón: En su reforma del Carmelo dirá a sus hermanas “¡Oh hijas mías! no os aseguréis ni os echéis a dormir, que será como el que queda muy sosegado de haver cerrado muy bien sus puertas por miedo de ladrones y se los deja en casa”. Advierte contra la vanidad y la autosuficiencia, aconsejando huir de frases como “razón tuve”, “hiriéronme sin razón”, “no tuvo razón la hermana”. Dirá “¡De malas razones nos libre Dios! […] La que no quisiere llevar cruz, sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio”, porque “Estáse ardiendo el mundo […]” y “No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia” porque “No hay unión a Cristo sin misión” y “Lo que más os despertase a amar, eso haced” (Santa Teresa de Jesús).