Gene Robinson, que se convirtió en 2003 en el primer obispo episcopaliano abiertamente gay, ha anunciado su divorcio en una declaración enviada a la diócesis de New Hampshire, al frente de la cual estuvo durante casi una década (hasta su retirada el año pasado). Su ordenación fue un acicate decisivo para el debate sobre la homosexualidad que de forma muy intensa ha recorrido la comunión anglicana en los últimos años.
Robinson mantenía con su marido, Mark Andrew, una relación de 25 años, aunque no formalizaron una unión civil hasta 2008. Dos años después se casaron, una vez que New Hampshire aprobó el matrimonio igualitario. “Es un momento difícil para nosotros. No se trata de una decisión a la que hayamos llegado a la ligera o sin mucho asesoramiento (…) Pedimos vuestras oraciones, para que el amor y cuidado mutuo que han caracterizado nuestra relación durante un cuarto de siglo continúen en los días difíciles que quedan por venir”, escribía Robinson en su comunicado.
“Al menos, supone para mí un pequeño consuelo el que yo, como defensor de los derechos de gays y lesbianas, y como defensor del matrimonio igualitario, sepa que, al igual que cualquier matrimonio, las parejas de gays y lesbianas están sometidas a las mismas complicaciones y dificultades que afligen a los matrimonios de parejas heterosexuales”, añadía Robinson en un emotivo artículo publicado en The Daily Beast.
Una ordenación que estimuló el debate en la comunión anglicana
El divorcio de Robinson es importante por todo lo que él ha representado. Su ordenación como obispo de la Iglesia episcopaliana (rama estadounidense de la comunión anglicana) abrió una profunda crisis en el anglicanismo que aún continúa. Y es que después de una moratoria autoimpuesta tras la ordenación de Robinson, en 2009 los episcopalianos retomaban la senda inclusiva y volvían a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. Más recientemente, en verano de 2012, aprobaban la ordenación de personas transexuales, así como la creación de un rito litúrgico de bendición de las parejas del mismo sexo (aunque los sacerdotes episcopalianos podían desde 2009 bendecir este tipo de uniones, cada uno lo hacía a su modo). Decisiones que han generado profundas tensiones en el anglicanismo, enfrentado a un equilibrio cada vez más precario entre los episcopalianos, en un extremo, y las iglesias anglicanas africanas, algunas virulentamente homófobas, en el otro.
Por lo que se refiere a Robinson, tanto durante sus años como obispo de New Hampshire como tras su retirada ha sido un defensor prominente de los derechos de las personas LGTB. Entre otras acciones, ha participado en el proyecto It Gets Better para prevenir el suicidio de los adolescentes no heterosexuales. También ha tenido numerosas intervenciones públicas para defender los derechos de las personas LGTB cristianas, como por ejemplo en el documental For the Bible tells me so, ganador de varios premios en el año 2007.
Es muy posible que los enemigos de la igualdad LGTB intenten aprovechar en su favor el divorcio de Robinson, como si las parejas heterosexuales no se divorciaran. Pero difícilmente una relación de más de 25 años puede calificarse de “fracaso”. Por más que Gene Robinson y su marido se separen, sus años en común siempre formarán parte de sus vidas.