Pregón Pascual 2015 El Hornico
¡BIENVENIDOS!
¡ESTAMOS DE FIESTA!
Niños, mayores, hombres, mujeres, jóvenes, solteros, casados, consagrados.
¡ALEGRAOS!
¡JESÚS HA RESUCITADO!
El mundo espera y necesita mucho de la silenciosa historia de amor que tú vas escribiendo con cada uno de nosotros.
Tú vienes para acompañar a los niños de los orfanatos, a los perseguidos, a los que están lejos de su hogar, a los enfermos, a todos aquellos cuya noche no termina.
¡No lo olvidéis, Dios se ocupa de lo que nos preocupa!
Tal vez os hayáis dado cuenta. En lo más profundo de la condición humana late el deseo de una presencia. Creedlo, el simple deseo de Dios es ya el comienzo de la fe.
Por su misteriosa presencia, el Espíritu Santo realiza un cambio en nuestros corazones; rápido para unos, imperceptible para otros. Lo que era oscuro e inquietante, se ILUMINA.
Esta noche celebramos esa luz. Una luz tan diferente que deslumbra al propio sol. Es una luz que no tiene noche.
Miradle resucitado, que sólo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará. Mas, ¡con qué claridad y con qué hermosura! ¡Qué majestad! ¡Qué victoria! ¡Qué alegre! Pues, ¿es mucho que a quien tanto nos da volvamos una vez los ojos a mirarle?
Hoy recogemos y te ofrecemos lo vivido en esta Pascua. Ayudar a recuperar el equilibrio y la humildad. Para encontrar aquello que armoniza nuestra vida y nos sirve de apoyo para caminar. Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta.
Queremos mantenernos como Roger y Teresa, hijos de la iglesia. Te hemos acompañado en el huerto y llorado contigo en la cruz. Hoy celebramos tu resurrección y nos alegramos contigo. Por donde Tú vayas tengo que ir. Por donde Tú pases he de pasar.
¡JUNTOS ANDEMOS!