Hoy, día de San Mateo, contemplo su llamada. Alguien con un “buen” o al menos bien remunerado trabajo (era recaudador), no bien visto por su sociedad (como les pasa a los que trabajan hoy en los bancos), sin gustar quizá el sentido de su actividad pero sin una mejor opción que le animara a atreverse a darle un giro a su vida. Hoy contemplo cómo se le acerca Jesús y le llama. Sin aspavientos se levanta y le sigue. Mateo necesitaba una llamada y recibió la de Jesús. Otros muchos están preparados para recibir esa llamada. Quizá no ha llegado aún el momento de recibirla. Jesús llama cuando quiere, en realidad llama en el momento más propicio. Aquel día le llegó el momento a Mateo y él sin dudas se levantó y le siguió.