Soy uno de esos locos convencidos de que la oración (en todas sus acepciones y en todas las formas espirituales existentes) es la gran herramienta de la vida espiritual en esta vida.
Soy uno de esos locos convencidos que si nos juntáramos más a orar desde el corazón, este mundo cambiaría a mejor.
Soy uno de esos locos que no pueden vivir sin dedicarle tiempo a ello y que intenta vivir rezando mientras dicta una conferencia, un curso, viaja en metro, habla con alguien, hace el amor o simplemente durante la noche después de hacerlo.
Soy uno de esos locos convencidos de que estamos en las manos de Dios y que Dios nos bendecirá, así que esos tiempos son para ser dedicados a mediar por aquellos y aquello que nos rodea.
Soy uno de esos locos convencidos en que consumirse en el fuego ardiente del «encuentro», donde existe la petición y la escucha, es la mejor manera de gastar esta vida.
Soy uno de esos locos convencidos que creen en la oración de intercesión.