Celebración de Pentecostés: aniversario de CRISMHOM

Cuando:
7 de junio de 2014 a las 18:30 – 21:30 Europe/Madrid Zona Horaria
2014-06-07T18:30:00+02:00
2014-06-07T21:30:00+02:00

Este día se celebró la fiesta de Pentecostés y VIII aniversario de CRISMHOM. Tuvo lugar una celebración de la cena del Señor de toda la comunidad. Abierta a todas aquellas personas que quisieron participar. Fue un espacio privilegiado para que socios, simpatizantes y visitantes se unieran a CRISMHOM. Fue animado con cantos y la liturgia estuvo preparada con esmero. Tras la celebración, se hizo una cena compartiendo la comida y bebida que trajeron los asistentes.

Compartimos aquí los pensamientos que el padre José nos dedico en esta fiesta aniversario.

PREDICACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

«El Espíritu Santo, el gran desconocido, así lo llamaba Santa Catalina de Siena hace quinientos y pico de años.

Cuando la iglesia lo recibe, la iglesia se vuelve algo maravilloso, pero cuanto tú se lo quitas, eso es espantoso.

¿Cuándo te ha enviado Dios el Espíritu Santo alguna vez en tu vida?

En el bautismo, la confirmación, el matrimonio, el orden sacerdotal, en la confesión, en la eucaristía, y en la unción de los enfermos. También cuando oras, pero ¿qué haces tú si no lo recibes?

No lo recibes si no te acercas a los sacramentos y a Jesús en la oración.

San pablo dice que tú eres un templo del Espíritu Santo.

Eso hay que entenderlo, porque ahora para nosotros los templos son lugares de reunión, pero para los griegos no. Ni para los judíos. El templo no era un lugar de reunión, sino una casa donde vivía Dios.

Has visto en historia universal y en arte el Partenón de Grecia, en Atenas, una bellísima obra de arte para meter una estatua de una diosa dentro.

San pablo al ver ese templo, dijo a los cristianos: vosotros sois templo del Espíritu Santo, tú eres una casa donde debe vivir el Espíritu Santo.

¡Por eso te sientes tan vacío! A veces.

¿Y que pasa en una casa cuando está desocupada?

Se cae, casa desocupada se estropea, se llena de bichos, se ensucia, por ahí pasa todo el mundo si está abandonada, se meten los delincuentes, drogadictos, al final nadie la limpia, hasta que un día vas y solo encuentras escombros.

¡Llénate antes de que sea tarde!

Porque si tu templo no está habitado por el espíritu santo, termina llenándose de escombros, es decir, de muchas cosas que no son Dios.

El espíritu de Dios hay que sentirlo, porque es  una persona, no un concepto.

Cuando el Rey David, prendado de Betsabé la deja embarazada, luego intenta endosarle el niño a su marido Urías, y al no poder convencerlo lo pone en la vanguardia de la batalla para que muera…, Dios le echa en cara su pecado y le dice lo que le va a pasar: que violarían a sus 600 esposas, yo no sé porqué se fue a buscar otra, la verdad, teniendo tantas. Que la espada no se iría de su casa. Que habría sangre en su familia etc. A él nada de eso le dio miedo.

El escribió el salmo 50 y ahí dice lo que más miedo le dio: “Señor, no me quites tu Espíritu Santo”. Porque el Espíritu Santo había bajado sobre el cuándo era jovencito, en la unción que el profeta le hizo como rey. Y se había dado cuenta de cómo eso lo había convertido en un hombre totalmente distinto.

“Desde que yo me acerqué a la Iglesia y recibí el Espíritu Santo, cómo cambió mi vida, como cambiaron mis criterios, como cambió mi mente, porque el Espíritu Santo cuando viene a ti, comienza a vivir en ti y te hace una persona maravillosa. Eso lo experimenta uno, no te lo dicen.

¿Cómo explica uno, como es comer chocolate a una persona que nunca lo haya comido nunca?.

Que no nos conviene es otra cosa…, puede que el médico te lo desaconseje para la dieta, pero ¡que no nos guste!…, amigo, tú tienes un problema en el paladar.

Además de ser sabroso, produce serotonina y otras virtudes.

Una persona que nunca lo haya probado dirá: no sé.

Fijaos como os habéis puesto todos al nombrar el chocolate. Más de uno de los que están aquí es adicto, seguro.

Así es el Espíritu Santo, hay que experimentarlo, hay que probarlo.

¿Y cómo recibo el Espíritu Santo?

Arrepintiéndome de mis faltas, diciéndole al Señor mis pecados y recibiendo a Jesús como mi único salvador.

El Espíritu santo es como la lluvia.

Un incendio quema un monte, todo seco, pelado, negro. Llega la lluvia y la tierra reverdece.Cuando viene el Espíritu Santo y llueve su gracia sobre nosotros, nos transformamos, es agua viva que llega.

También el Espíritu santo es fuego, y aceite.

Tú puedes ser como una chuleta o un chuletón de Avila frío, crudo, congelado, pero la pones sobre la sartén, no con aceite sino con mantequilla, sal, pimienta y un poco de romero, y eso al rato empieza a echar unos aromas y si le pones cebollita muchísimo mejor…

El Espíritu Santo es el aliño de la vida, es una persona viva, que te enseña te da una luz, te enamora de la Biblia. ¿Por qué? Porque la escribió El.

¿Alguien encontró las cartas de amor de su mamá, una hermana o familiar cercano?

La Biblia es una carta de amor también. Mientras tú no tengas el Espíritu Santo, la verás como un libro difícil, complejo, pero cuando te ilumine, te enamorará de la palabra, te dará sed y hambre de ella.

El Espíritu Santo es tan humilde, que no tiene imágenes. Podrás ver como mucho en una vidriera, una paloma, pero apenas.

Porque lo hemos olvidado, aunque le gusta no ser el importante, es la humildad de Dios. Por eso es fácil olvidarse de él.

Tu cuando ves una película de Spielberg, no estas todo el tiempo pensando en él…, es el que hizo la película, solo se dice al principio y al final. Así es el Espíritu santo, no es el protagonista pero si el director y productor de tu vida.

La humildad del Espíritu Santo, es presentarte a Dios Padre con toda su luz y te presenta a Jesucristo con toda su fuerza. Por eso estamos invitados a bautizarnos en el Espíritu Santo. Bautizarse es bañarse, el verdadero bautismo es una inmersión. Si te sumerges en la bañera un buen rato, qué te pasa? Dirá el de al lado: se te arrugan los deditos. Cuando tu sales del agua sales arrugado, pero no es que se te arrugues, sino que la piel se llena de tanta agua que le sobra porque se hidrata. Por eso nosotros tenemos que sumergirnos para que nos
hidrate, nos llene con su amor, de su vida.

Cuando nosotros lleguemos al cielo, nos va a invadir de tal manera el Espíritu Santo, que ya no volveremos a llorar, ni a estar tristes ni a tener oscuridad, pero aquí en la tierra necesitamos llenarnos de Espíritu Santo y eso se logra en el contacto con Jesús. Eso se pega. Cuando tú contactas con Jesús en una de sus múltiples maneras, Él te va llenando.

Por ejemplo. Cuando tú al pobre lo tratas con compasión con cariño, con amor, no diciendo ¡ay que fastidio!. Como Jesús está en el que te necesita, te llenas de Espíritu Santo. Como Jesús habita en la Iglesia, cuando vienes a la Iglesia, sales más lleno de Él. Ese es el Espíritu Santo.

Cuando uno se reune con su comunidad en nombre de Jesús, se rellena de Espíritu Santo. Cuando te acercas a Jesús en la oración, etc.

Y que guapo eres cuando estás lleno del Espíritu Santo.

Cuando vas a orar en tu cuarto y a solas pones una música de oración, prendes una vela, te metes en la presencia de Cristo y le pides que te llene del Espíritu santo, experimentarás su fuerza.

A Santa Teresa de Jesús, su director Espiritual le dijo que pidiera al Espíritu santo y se llevó un susto, le cantaba el veni creator, y un día le entró un terror porque se vio frente a la majestad de Dios cara a cara y ahí entró en un abismo y de repente tuvo un contacto directo con Jesucristo.

Si tú te acercas al Espíritu santo, terminas contemplando a Jesucristo que se te revela a ti personalmente. “A quien me ame me manifestaré”.

Tú sin el Espíritu santo no llegarás al Cielo, Jesús nos invita a esperarlo con María, unánimes en la oración, con  un solo corazón, esperar al espíritu santo, llevamos ya 50 días de Pascua, ¿ cómo haces?

No eches al Espíritu Santo, es muy sensible es como un niño, que cuando los asustas o les gritas se quedan callados y se retiran.

Pídele al Espíritu santo, que te ayude a leer la Biblia, que te guíe, que sea tu maestro.

Sentémonos en este momento bien, abramos nuestras manos en posición de recibir y sobre todo abrir tu corazón.

Quizás hasta ahora tu corazón fue custodiado por el egoísmo, por lo material, por el poder, por el enemigo, pero ahora viene el más fuerte, el Espíritu santo, deja que quite todo mal en ti. Que al venir hoy a tu corazón en esta tarde noche, también restaure tu cuerpo, porque fue quien restauró en la tumba el cuerpo de Jesús. Te anhelamos Espíritu santo ven sobre nosotros y llénanos y así como en la misa vas a transformar ese humilde pan y ese humilde vino en el mismo cuerpo y sangre de Jesús, transfórmanos a nosotros en los hijos de Dios, en el pueblo de Dios, en los miembros de Cristo.»

AMÉN.

 


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