Tienes un resumen de la charla en cuatro minutos a continuación.
1. Teología «hecha por un gay en primera persona» (pero no «teología gay»).
2. Búsqueda de una presentación general del cristianismo desde la clave de la «víctima que perdona» y la superación de la lógica del chivo expiatorio.
3. Recuperación, desde esas claves, de nociones como redención.
4. Las personas lgtb estamos en situación privilegiada para ser «víctimas que perdonan» o «excluidos que acogen».
Textos que se recorren a lo largo de la charla según el esquema.
Genesis 9, 18-29 PER
18 Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet Cam es antepasado de Canaán .
19 Éstos son los tres hijos de Noé que se propagaron por toda la tierra.
20 Noé, que era labrador, fue el primero que plantó una viña.
21 Bebió el vino, se emborrachó y se desnudó en medio de su tienda.
22 Cam antecesor de Canaán vio la desnudez de su padre y salió a contárselo a sus hermanos.
23 Sem y Jafet tomaron una capa, ambos se la echaron sobre los hombros y caminando de espaldas cubrieron la desnudez de su padre. Vueltos de espaldas, no vieron la desnudez de su padre.
24 Cuando se le pasó la borrachera a Noé y se enteró de lo que le había hecho su hijo menor,
25 dijo: ¡Maldito Canaán! Sea siervo de los siervos de sus hermanos.
26 Y añadió: ¡Bendito sea el Señor Dios de Sem! Canaán será su siervo.
27 Agrande Dios a Jafet, habite en las tiendas de Sem. Canaán será su siervo.
28 Noé vivió después del diluvio trescientos cincuenta años,
29 y a la edad de novecientos cincuenta murió.
2 Samuel 10:1-5 LBA
Sucedió después de esto que murió el rey de los hijos de Amón, y su hijo Hanún reinó en su lugar.
2 Y David dijo: Seré bondadoso con Hanún, hijo de Nahas, tal como su padre fue bondadoso conmigo. Envió, pues, David algunos de sus siervos para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los siervos de David llegaron a la tierra de los amonitas,
3 los príncipes de los amonitas dijeron a Hanún su señor: ¿Crees tú que David está honrando a tu padre porque te ha enviado consoladores? ¿No te ha enviado David sus siervos para reconocer la ciudad, para espiarla y conquistarla?
4 Entonces Hanún tomó a los siervos de David, les rasuró la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las caderas, y los despidió.
5 Cuando le avisaron a David, envió a encontrarlos, porque los hombres estaban sumamente avergonzados. Y el rey les dijo: Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y después volved.
Jueces 19-21 PER
Por entonces no había rey en Israel. En la serranía de Efraín vivía un levita que tenía una concubina de Belén de Judá.
2 Ella le fue infiel y se marchó a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allí cuatro meses.
3 Su marido se puso en camino tras ella, a ver si la convencía para que volviese. Llevó consigo un criado y un par de burros. Llegó a casa de su suegro, y al verlo, el padre de la chica salió todo contento a recibirlo.
4 Su suegro, el padre de la chica, lo retuvo, y el levita se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y durmiendo allí.
5 Al cuarto día madrugó y se preparó para marchar. Pero el padre de la chica le dijo: Repón fuerzas, prueba un bocado y luego os vais.
6 Se sentaron a comer y beber juntos. Después el padre de la chica dijo al yerno: Anda, quédate otro día, que te sentará bien.
7 El levita se disponía a marchar; pero su suegro le insistió tanto, que cambió de parecer y se quedó allí.
8 A la mañana del quinto día madrugó para marchar, y el padre de la chica le dijo: Anda, repón fuerzas. Y se entretuvieron comiendo juntos, hasta avanzado el día.
9 Cuando el levita se levantó para marchar con su concubina y el criado, el suegro, el padre de la chica, le dijo: Mira, ya se hace tarde; pasa aquí la noche, que te sentará bien; mañana madrugas y haces el camino a casa.
10 Pero el levita no quiso quedarse y emprendió el viaje; llegó a dar vista a Jebús, o sea, Jerusalén. Iba con los dos burros aparejados, la concubina y el criado.
11 Llegaron cerca de Jebús ya atardecido, y le dijo el criado a su amo: Podemos desviarnos hacia esa ciudad de los jebuseos y hacer noche en ella.
12 Pero el amo le respondió: No vamos a ir a una ciudad de extranjeros, de gente no israelita. Seguiremos hasta Guibeá.
13 Y añadió: Vamos a acercarnos a uno de esos lugares, y pasamos la noche en Guibeá o en Ramá.
14 Siguieron su camino, y la puesta del sol los pilló cerca de Guibeá de Benjamín.
15 Se dirigieron allá para pasar la noche. El levita entró en el pueblo y se instaló en la plaza, pero nadie los invitó a su casa a pasar la noche.
16 Ya de tarde llegó un viejo de su labranza. Era oriundo de la sierra de Efraín, y, por tanto, emigrante también él en Guibeá; los del pueblo eran benjaminitas.
17 El viejo alzó los ojos y vio al viajero en la plaza del pueblo. Le preguntó: ¿A dónde vas y de dónde vienes?
18 Le respondió: Vamos de paso, desde Belén de Judá hasta la serranía de Efraín; yo soy de allí y vuelvo de Belén a mi casa; pero nadie me invita a la suya,
19 y eso que traigo paja y forraje para los burros, y tengo comida para mí, para tu servidora y para el criado que acompaña a tu servidor. No nos falta nada.
20 El viejo le dijo: ¡Sé bienvenido! Lo que te haga falta corre de mi cuenta. Anda, no te quedes de noche en la plaza.
21 Lo metió en su casa, echó pienso a los burros, los viajeros se lavaron los pies y se pusieron a cenar.
22 Ya estaban animándose cuando los del pueblo, unos pervertidos, rodearon la casa, y aporreando la puerta, gritaron al viejo, dueño de la casa: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que nos aprovechemos de él.
23 El dueño de la casa salió afuera y les rogó: Por favor, hermanos, por favor, no hagáis una barbaridad con ese hombre, una vez que ha entrado en mi casa; no cometáis tal infamia.
24 Mirad, están mi hija soltera y su concubina; os las voy a sacar y abusáis de ellas y hacéis con ellas lo que queráis; pero a ese hombre no se os ocurra hacerle tal infamia.
25 Como no querían hacerle caso, el levita tomó a su concubina y se la sacó afuera. Ellos se aprovecharon de ella y la maltrataron toda la noche hasta la madrugada; cuando amanecía la soltaron.
26 Al rayar el día volvió la mujer y se desplomó ante la puerta de la casa donde se había hospedado su marido; allí quedó hasta que clareó.
27 Su marido se levantó a la mañana, abrió la puerta de la casa, y salía ya para seguir el viaje, cuando encontró a la concubina caída a la puerta de la casa, las manos sobre el umbral.
28 Le dijo: Levántate, vamos. Pero no respondía. Entonces la recogió, la cargó sobre el burro y emprendió el viaje hacia su pueblo.
29 Cuando llegó a casa, agarró un cuchillo, tomó el cadáver de su concubina, lo despedazó en doce trozos y los envió por todo Israel.
30 Cuantos lo vieron comentaban: Nunca ocurrió ni se vio cosa igual desde el día en que salieron los israelitas de Egipto hasta hoy. Reflexionad sobre el asunto y dad vuestro parecer.
20:1 Todos los israelitas, desde Dan hasta Berseba, incluido el país de Galaad, fueron como un solo hombre a reunirse en asamblea ante el Señor en Mispá.
2 Asistieron a la asamblea del pueblo de Dios los dignatarios del pueblo y todas las tribus de Israel: cuatrocientos mil soldados armados de espada.
3 Los benjaminitas se enteraron de que los israelitas habían ido a Mispá. Los israelitas empezaron: Vosotros diréis cómo se cometió ese crimen.
4 El levita, marido de la que había sido asesinada, respondió: Mi concubina y yo llegamos a Guibeá de Benjamín para pasar la noche.
5 Los del pueblo se levantaron contra mí, rodearon la casa de noche intentando matarme, y abusaron de mi concubina que de resultas murió.
6 Entonces tomé a la concubina, la despedacé y envié los trozos por toda la heredad de Israel, porque se había cometido un crimen infame en Israel.
7 Todos vosotros sois israelitas: deliberad y tomad una decisión.
8 Todo el pueblo se puso en pie como un solo hombre, diciendo: Ninguno de nosotros marchará a su tienda ni se volverá a su casa.
9 Ahora vamos a actuar así contra Guibeá: sortearemos los que han de atacarla;
10 de todas las tribus de Israel tomaremos diez hombres de cada cien, cien de cada mil, mil de cada diez mil, para encargarse de la intendencia del ejército que irá contra Guibeá de Benjamín a castigar como se merece esa infamia que han cometido en Israel.
11 Todos los israelitas, como un solo hombre, se reunieron contra la ciudad.
12 Entonces las tribus israelitas mandaron emisarios a la tribu de Benjamín a decirles: ¿Qué crimen es ése que se ha cometido entre vosotros?
13 ¡Venga! Entregadnos a esos pervertidos de Guibeá, que los matemos y se borre así este crimen de en medio de Israel. Pero los de Benjamín no quisieron hacer caso de sus hermanos los israelitas.
14 Desde sus ciudades se congregaron en Guibeá para ir a la guerra contra los israelitas.
15 De las ciudades de Benjamín se alistaron aquel día veintiséis mil hombres armados de espada, sin contar a los vecinos de Guibeá.
16 En todo aquel ejército se alistaron setecientos hombres escogidos, zurdos, capaces de acertar con la honda a un pelo sin fallar el tiro.
17 Los israelitas, excluidos los benjaminitas, alistaron cuatrocientos mil hombres armados de espada, todos ellos gente aguerrida.
18 Se pusieron en camino hacia Betel y consultaron a Dios: ¿Quién de nosotros irá el primero a la guerra contra los benjaminitas? El Señor respondió: Judá.
19 Los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a Guibeá.
20 Salieron al combate contra Benjamín y formaron frente a Guibeá.
21 Pero los benjaminitas salieron de Guibeá y dejaron tendidos en tierra aquel día a veinte mil israelitas.
22 Entonces se rehicieron, volvieron a formar en orden de batalla en el mismo sitio que el día anterior y
23 Los israelitas fueron a Betel a llorar ante el Señor hasta la tarde. Le consultaron: ¿Volvemos a presentar batalla a nuestro hermano Benjamín? El Señor respondió: Atacadlo.
24 se acercaron a los de Benjamín aquel segundo día.
25 Pero los de Benjamín salieron a su encuentro desde Guibeá aquel segundo día y dejaron tendidos en tierra otros dieciocho mil israelitas armados de espada.
26 Entonces subieron a Betel todos los israelitas, todo el ejército, a llorar allí, sentados ante el Señor. Ayunaron aquel día hasta la tarde, ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión
27 y le consultaron; en aquella época estaba allí el arca de la alianza
28 y oficiaba Fineés, hijo de Eleazar, hijo de Aarón: ¿Volvemos a salir al combate contra nuestro hermano Benjamín, o desistimos ya de ello? El Señor respondió: Atacad, que mañana os lo entregaré.
29 Entonces pusieron emboscadas en torno a Guibeá
30 y marcharon contra Benjamín el tercer día, formando frente a Guibeá como las otras veces.
31 Los benjaminitas salieron a su encuentro, alejándose del pueblo, y como las otras veces, empezaron a destrozar y herir por los caminos, el que sube a Betel y el que va a Gabaón. Así mataron en campo abierto a unos treinta israelitas,
32 y comentaron: Ya están derrotados, como el primer día. Pero es que los israelitas habían convenido: Emprenderemos la huida para alejarlos del pueblo hacia los caminos.
33 El grueso del ejército se reorganizó en Baal-Tamar. Los que estaban emboscados salieron de sus posiciones desde el claro de Guibeá.
34 Diez mil hombres selectos de Israel llegaron delante de Guibeá, y se entabló un combate reñido, sin que los benjaminitas se dieran cuenta de que el desastre se les echaba encima.
35 El Señor los castigó ante Israel: aquel día los israelitas hicieron a Benjamín veinticinco mil cien bajas, todos soldados armados de espada.
36 Los benjaminitas se vieron derrotados. Los israelitas habían retrocedido ante Benjamín, porque contaban con la emboscada que habían tendido contra Guibeá.
37 Los de la emboscada asaltaron Guibeá rápidamente; fueron y pasaron a cuchillo a toda la población.
38 Los israelitas habían convenido con los de la emboscada en que, cuando hicieran subir una humareda desde el pueblo,
39 ellos se volverían en la batalla. Los de Benjamín empezaron a destrozar y herir a los israelitas, a unos treinta, y comentaron: Ya están derrotados, como en el primer combate.
40 Pero en aquel momento empezó a subir la humareda desde el pueblo. Los benjaminitas miraron atrás y vieron que el pueblo entero subía en llamas al cielo;
41 entonces los israelitas se volvieron, y los de Benjamín quedaron aterrorizados viendo que el desastre se les echaba encima,
42 y huyeron ante los israelitas, camino del páramo, con el enemigo pisándoles los talones. Los que habían arrasado el pueblo los acometieron de flanco y
43 los dividieron, persiguiéndolos sin descanso; los persiguieron hasta llegar frente a Guibeá, a levante.
44 Las bajas de Benjamín fueron dieciocho mil hombres, todos soldados.
45 En su huida se dirigieron hacia el páramo, a Sela Harrimón; pero los israelitas dieron alcance a cinco mil por los caminos, los persiguieron de cerca, hasta Guideán, y les mataron dos mil hombres.
46 Las bajas de Benjamín aquel día fueron veinticinco mil hombres armados de espada, todos gente de guerra.
47 En su huida, seiscientos hombres se dirigieron hacia el páramo, a Sela Harrimón, y allí estuvieron cuatro meses.
48 Los israelitas se volvieron contra los de Benjamín. Los pasaron a cuchillo, desde las personas hasta el ganado y todo lo que encontraban; todas las ciudades que encontraron las incendiaron.
21:1 Los israelitas habían hecho este juramento en Mispá: Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a un benjaminita.
2 Fueron a Betel y estuvieron allí sentados ante Dios hasta la tarde, gritando y llorando inconsolables,
3 y decían: ¿Por qué, Señor, Dios de Israel, ha pasado esto en Israel, que ha desaparecido hoy una tribu de Israel?
4 Al día siguiente madrugaron, construyeron allí un altar y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión.
5 Después preguntaron: ¿Quién de entre todas las tribus de Israel no acudió a la asamblea ante el Señor? Porque se habían juramentado solemnemente contra el que no se presentase ante el Señor en Mispá, en estos términos: es reo de muerte.
6 Los israelitas sentían lástima por su hermano Benjamín y comentaban: ¡Una tribu se ha desgajado hoy de Israel!
7 ¿Cómo proveer de mujeres a los supervivientes? Porque nosotros nos hemos juramentado por el Señor a no darles a nuestras hijas en matrimonio.
8 ¿Quién de las tribus de Israel no se presentó ante el Señor en Mispá? Resultó que ningún hombre de Yabés de Galaad había venido a filas, a la asamblea;
9 al pasar revista a la tropa, vieron que allí no había nadie de Yabés de Galaad.
10 Entonces la asamblea mandó allá doce mil soldados, con esta orden: Id y pasad a cuchillo a Yabés de Galaad, sin perdonar mujeres ni niños.
11 Hacedlo de modo que exterminéis a todos los hombres y a las mujeres casadas, dejando con vida a las solteras. Así lo hicieron.
12 Y resultó que en Yabés de Galaad había cuatrocientas muchachas jóvenes no casadas, y las llevaron al campamento de Siló, en tierra de Canaán.
13 Luego envió la asamblea una embajada a los benjaminitas de Sela Harrimón, con propuestas de paz.
14 Los benjaminitas volvieron, y los hombres de Israel les dieron las mujeres que quedaban de Yabés de Galaad, pero no hubo para todos.
15 El pueblo se compadeció de Benjamín, porque el Señor había abierto una brecha en las tribus israelitas.
16 Los ancianos de la asamblea se preguntaban: ¿Cómo proveer de mujeres a los supervivientes? Porque las mujeres de Benjamín han sido exterminadas.
17 ¡Que los supervivientes de Benjamín tengan herederos y no se borre una tribu de Israel!
18 Claro que nosotros no podemos darles nuestras hijas en matrimonio, porque habían jurado: ¡Maldito el que dé una mujer a Benjamín!
19 Entonces propusieron: Está la fiesta del Señor, que se celebra todos los años en Siló, al norte de Betel, al este del camino que va de Betel a Siquén, al sur de Libna.
20 Y dieron estas instrucciones a los benjaminitas: Venid a esconderos entre las viñas,
21 y estad atentos: cuando salgan las muchachas de Siló a bailar en corro, salís vosotros de las viñas, raptáis cada uno a una muchacha y os marcháis a vuestra tierra.
22 Si luego vienen sus padres o hermanos a protestar contra vosotros, les diremos: Compadeceos de ellos, que no las han raptado como esclavas de guerra ni vosotros se las habéis dado; porque en ese caso seríais culpables.
23 Los benjaminitas lo hicieron así, y de las danzantes que habían raptado se quedaron con las mujeres que necesitaban. Después se volvieron a su heredad, reconstruyeron sus ciudades y las habitaron.
24 Los israelitas se repartieron, cada uno a su tribu y su clan, y se fueron de allí cada cual a su heredad.
25 Por entonces no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien.
Ezequiel 16:48-50 PER
48 Juro por mi vida -oráculo del Señor Dios- que Sodoma, tu hermana, y sus poblados no han obrado como habéis obrado tú y tus villas.
49 Mira, ése fue el delito de Sodoma, tu hermana: soberbia, hartura de pan y bienestar apacible tuvieron ella y sus villas, pero no dio una mano al desgraciado y al pobre.
50 Se engrieron frente a mí, cometieron abominaciones, y las quité de en medio en cuanto lo vi.
Sabiduría 19: 13-17 PER
13 Y a los pecadores les sobrevinieron los castigos, no sin el previo aviso de retumbantes truenos; justamente sufrían por sus propios delitos, por haber odiado cruelmente a los extranjeros.
14 Sí, hubo quien negó hospitalidad a unos visitantes desconocidos; pero éstos esclavizaron a unos emigrantes que les hacían buenos oficios.
15 Más aún: ¿qué castigo no les tocará a aquéllos por haber recibido hostilmente a los extranjeros?;
16 pero éstos, después de agasajarlos a su llegada, cuando tenían ya los mismos derechos, los maltrataron con trabajos inhumanos.
17 Y también los hirió la ceguera, como a los que, a la puerta del justo, envueltos en una densa oscuridad, tanteaban la entrada de su puerta.
Mateo 10, 5-15 PER
5 A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: No os dirijáis a países de paganos, no entréis en ciudades de samaritanos;
6 dirigíos más bien a las ovejas descarriadas de la Casa de Israel.
7 Y de camino proclamad que el reinado de Dios está cerca.
8 Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De balde lo recibisteis, dadlo de balde.
9 No llevéis en el cinturón oro ni plata ni cobre,
10 ni alforja para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bastón. Que el trabajador tiene derecho a su sustento.
11 Cuando entréis en una ciudad o aldea, preguntad por alguna persona respetable y hospedaos con él hasta que os marchéis.
12 Al entrar en la casa, saludadla con la paz;
13 si lo merece, entrará en ella vuestra paz; si no la merece, vuestra paz retornará a vosotros.
14 Si alguien no os recibe ni escucha vuestro mensaje, al salir de aquella casa o ciudad, sacudíos el polvo de los pies.
15 Os aseguro que el día del juicio la suerte de Sodoma y Gomorra será más llevadera que la de aquella ciudad.
Levítico 18: 1-23 PER
El Señor habló a Moisés:
2 Di a los israelitas: Yo soy el Señor, vuestro Dios.
3 No haréis lo que hacen los egipcios, con quienes habéis convivido, o los cananeos, a cuyo país os llevo; ni seguiréis su legislación.
4 Cumplid mis mandatos y guardad mis leyes, procediendo según ellos. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
5 Cumplid mis leyes y mis mandatos, que dan vida al que los cumple. Yo soy el Señor.
6 »Nadie se acercará a un pariente para tener relaciones sexuales con él. Yo soy el Señor.
7 »No tendrás relaciones con tu madre. Es de tu padre y es tu madre; no tendrás relaciones con ella.
8 »No tendrás relaciones con la concubina de tu padre. Es carne de tu padre.
9 »No tendrás relaciones con tu hermana, por parte de padre o de madre, nacida en casa o fuera.
10 »No tendrás relaciones con tus nietas. Son tu propia carne.
11 »No tendrás relaciones con la hija nacida a tu padre de su concubina. Es tu hermana.
12 »No tendrás relaciones con tu tía paterna. Es de la sangre de tu padre.
13 »No tendrás relaciones con tu tía materna. Es de la sangre de tu madre.
14 »No ofenderás a tu tío, hermano de tu padre, teniendo relaciones con su mujer. Es tu tía.
15 »No tendrás relaciones con tu nuera. Es mujer de tu hijo; no tendrás relaciones con ella.
16 »No tendrás relaciones con tu cuñada. Es carne de tu hermano.
17 »No tendrás relaciones con una mujer y con su hija, o con dos primas hermanas. Son de la misma sangre; es aborrecible.
18 »No tomarás a la vez a una mujer y a su hermana, creando rivalidades al tener relaciones también con ella, mientras vive la otra.
19 »No tendrás relaciones con una mujer durante su menstruación.
20 »No te acostarás con la mujer de tu prójimo. Quedarías impuro.
21 »No sacrificarás un hijo tuyo a Moloc por el fuego, profanando el Nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
22 »No te acostarás con un hombre como con mujer. Es una abominación.
23 »No te acostarás con un animal. Quedarías impuro. La mujer no se ofrecerá a un animal para que la cubra. Es una depravación.
Levítico 20: 1-27 PER
El Señor habló a Moisés:
2 Di a los israelitas:»Cualquier israelita o inmigrante residente en Israel que entregue un hijo suyo a Moloc es reo de muerte. Los habitantes del país lo apedrearán.
3 Yo mismo me enfrentaré con él y lo extirparé de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Moloc, manchando mi santuario y profanando mi Nombre santo.
4 Pero si los habitantes del país se desentienden del que entrega un hijo suyo a Moloc y no ejecutan al culpable,
5 yo mismo me enfrentaré con él y con su familia, y extirparé de su pueblo a él y a cuantos como él se prostituyen con Moloc.
6 »Si uno acude a nigromantes y adivinos para prostituirse con ellos, me enfrentaré con él y lo extirparé de su pueblo.
7 »Así pues, santificaos y sed santos, porque yo, el Señor, soy vuestro Dios.
8 »Guardad mis leyes poniéndolas por obra. Yo soy el Señor, que os santifica.
9 »El que maldiga a su padre o a su madre, es reo de muerte. Caiga su sangre sobre él por haberlos maldecido.
10 »Si uno comete adulterio con la mujer de su prójimo, los dos adúlteros son reos de muerte.
11 »Si uno se acuesta con la concubina de su padre, ofendiendo a su propio padre, ambos son reos de muerte. Caiga su sangre sobre ellos.
12 »Si uno se acuesta con su nuera, ambos son reos de muerte. Han cometido una depravación. Caiga su sangre sobre ellos.
13 »Si un hombre se acuesta con otro hombre como con mujer, ambos cometen una abominación. Son reos de muerte. Caiga su sangre sobre ellos.
14 »Si uno toma a la vez a una hija y a la madre, es cosa aborrecible. A él y a ellas los quemarán, para que no quede lo aborrecible entre vosotros.
15 »Si uno se acuesta con un animal, es reo de muerte. Al animal lo mataréis.
16 »Si una mujer se ofrece a un animal para que la cubra, matarás a la mujer y al animal. Son reos de muerte. Caiga su sangre sobre ellos.
17 »Si uno toma a una hermana por parte de padre o de madre y tiene relaciones, es una infamia. Serán públicamente excluidos de su pueblo. Por haber tenido relaciones con su hermana, cargará con su culpa.
18 »Si uno se acuesta con una mujer durante su menstruación, descubriendo ambos la fuente de la sangre, los dos serán excluidos de su pueblo.
19 »No tendrás relaciones con una tía materna o paterna. Por haber tenido relaciones con alguien de su propia sangre, cargarán con su culpa.
20 »Si uno se acuesta con la cuñada de su padre, ofende a su tío. Cargarán con su pecado y morirán sin hijos.
21 »Si uno toma a su cuñada, es una inmundicia. Ofende a su propio hermano. No tendrán hijos.
22 »Cumplid todas mis leyes y mandatos poniéndolos por obra, para que no os vomite la tierra a la que os llevo para que habitéis en ella.
23 »No sigáis la legislación de los pueblos que voy a expulsar ante vosotros, porque me da asco su proceder.
24 Os he dicho: Vosotros poseeréis su tierra, yo os la voy a dar en posesión, una tierra que mana leche y miel. Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os he separado de los demás pueblos.
25 »Separad también vosotros los animales puros de los impuros, las aves impuras de las puras, y no os contaminéis con animales, aves o reptiles que yo he separado como impuros.
26 »Sed para mí santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he separado de los demás pueblos para que seáis míos.
27 »El hombre o mujer que practique la nigromancia o la adivinación es reo de muerte. Será apedreado. Caiga su sangre sobre él.
Dt 23:18-19 PER
18 No habrá prostitutas sagradas entre las israelitas ni prostitutos sagrados entre los israelitas.
19 No entregarás a la casa del Señor, en cumplimiento de un voto, paga de prostituta ni salario de prostituto (lit. perro), porque los dos son abominables para el Señor, tu Dios.