La esperanza tiene que ver con el deseo. El ser humano es por tanto destinatario de esperanza. Hay una esperanza activa que construye la realidad futura en cada momento presente y otra pasiva que simplemente espera a que llegue el futuro sin hacer nada. El futuro se hace presente en el aquí y ahora esperanzado, que se basa en la confianza de saber de quién me he fiado.