Esperanza en la vida cotidiana

No te avengas a mostrarte donde te busco, encamina mi búsqueda allí donde deseas revelarte.

No recorras conmigo mis calles hasta la meta fijada, desvíame contigo por las veredas de tu por-venir.

No me hagas caso Señor, contempla mi ser entero, escucha mis raíces milenarias y la ambigua claridad de mi deseo.

Escúchame en el Espíritu que vive dentro de mí, y me expresa dentro de ti más allá de lo que digo.