«El cambio es un proceso, y uno que requiere de mucha resistencia.
Ver lo que necesitamos cambiar es la primera parte de ese proceso.
La segunda parte es comprometernos con ese cambio.
Es durante este tiempo que recibimos un estímulo de energía inicial. Nos sentimos con la facultad, vemos todo lo que somos capaces de hacer y nos sentimos en la cima del mundo.
La tercera parte del proceso es: La gran prueba. Y desafortunadamente es aquí donde la mayoría de nosotros se rinde.
Para que el cambio sea real, tenemos que ser probados. Si nos apegamos al cambio en los momentos en que no queremos hacerlo, es cuando la verdadera transformación ocurre. Ocurre cuando realmente queremos dormir pero en lugar de ello nos levantamos y vamos al gimnasio o cuando sentimos la procrastinación (hábito de postergar actividades) pero decidimos realizar sólo otra cosa de la lista de quehaceres. Éstos son los momentos en los que la energía que sentiste al comienzo regresará a ti incluso más fuerte de lo que era antes.
Porque no lo intentas y cambias de verdad, hasta el final?»
Kabbalah Judia