Que el Señor te bendiga y te proteja. Que inspire y colme tu ministerio de su presencia. Que te convierta en medio eficaz y presente de su amor. Que te dé plenitud, felicidad y la fuerza que concede la alegría del evangelio, sabiendo lo preciado que eres para Él, así como lo preciado del encargo que te hace. Que la bondad y sencillez de tu caminar, te confieran una salud de hierro y la paz interna de hacer lo que Dios quiere de ti.