«En el valle, en la montaña, sólo contemplé a Dios.
En los momentos duros Lo vi a mi lado.
En la comodidad y el bienestar sólo vi a Dios.
Me derretí en Su llama como una vela.
Y entre las chispas de las llamas, sólo contemplé a Dios.»
(Baba Kuhi de Shiraz, Persia, s. XIV)