Buscando un espacio sagrado e íntimo de encuentro trascendente en la cotidianeidad de la vida diaria. Adquiriendo un espacio, un momento y una rutina para hacerlo. Entrando poco a poco cada día en ese espacio, descubro que casi recién entrado, cuando me haría una tienda para quedarme ahí, tengo que terminar para alcanzar al día, aterrizar en la vida real. Sí, encuentros interrumpidos, pero al fin y al cabo encuentros.