En este XXVI Domingo del tiempo ordinario, celebramos la vuelta a la vida activa de la comunidad tras un verano donde hemos recargado las pilas en familia, con amigos, con nosotros mismos y posiblemente con encuentros especiales con Dios.
La liturgia de la palabra del día de hoy nos revela a un Dios generoso, un Dios que no discrimina ni excluye, sino que derrama su gracia y su Espíritu sobre todos, sin distinción.
Que esta Eucaristía de “inicio de curso” sea un momento para fortalecer la diversidad que caracteriza a Crismhom, una acción de gracias por los dones recibidos y un momento de petición para que el Espíritu de Dios siga iluminando nuestros pasos.
Sois tod@s bienvenid@s a la mesa del amor fraterno, donde tod@s cabemos, donde tod@s importamos, donde tod@s somos grano que hacemos granero. NOS VEMOS EN LA CELEBRACIÓN MENSUAL DE LA EUCARÍSTÍA EN LA PARROQUIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA