Somos el Cireneo cargando con la cruz. Somos a veces personas encerradas en jaulas de oro. Pero también somos capaces de salir a la intemperie y que la vida se nos muestre en toda su complejidad y grandeza. Somos la mujer de Pilato que intercede por el justo y el propio Pilato perdido en su egoísmo. Somos Caifás, atascado en lo establecido, pero también somos discípulos de ojos abiertos y corazón generoso, dispuestos a escuchar una palabra nueva.