El arzobispo de Canterbury y líder espiritual de la comunión anglicana, Justin Welby, ha enviado una carta a los gobiernos de Nigeria y Uganda expresándose en contra de las políticas y leyes homófobas promovidas en esos países. Un gesto relevante, si se tiene en cuenta que en ambos países las iglesias anglicanas tienen una importante presencia.
La carta está también firmada por el arzobispo de York, John Sentamu, y además de a los presidentes de Nigeria y Uganda está dirigida a todos los primados de las iglesias anglicanas. El gesto, por cierto, da satisfacción a una petición a los dos arzobispos firmantes que había sido puesta en marcha en change.org por el activista LGTB Davis Mac-Iyalla.
Queremos dejar claro que (…) seguimos comprometidos sin reservas con el apoyo y cuidado pastoral de las personas homosexuales. La victimización o menoscabo de seres humanos cuyos afectos resultan estar ordenados a personas del mismo sexo es anatema para nosotros. Les garantizamos a las personas homosexuales que son hijas de Dios, que son amadas y valoradas por Él. Y les aseguramos que merecen lo mejor que podemos dar: cuidado pastoral yEl arzobispo de Canterbury y líder espiritual de la comunión anglicana, Justin Welby, ha enviado una carta a los gobiernos de Nigeria y Uganda expresándose en contra de las políticas y leyes homófobas promovidas en esos países. Un gesto relevante, si se tiene en cuenta que en ambos países las iglesias anglicanas tienen una importante presencia. amistad”, expresa el texto.
Este envío tiene especial significación, puesto que las iglesias anglicanas tienen una importante presencia en estos dos países, antiguas colonias británicas. Se trata además de un gesto de relevancia interna para una confesión cristiana sometida a fuertes tensiones por las posturas divergentes en torno a la aceptación de las relaciones entre personas del mismo sexo (cada iglesia anglicana es autónoma). La iglesia episcopaliana, rama estadounidense del anglicanismo, es por ejemplo una de las iglesias cristianas más inclusivas. En 2003, hace ya diez años, hacía historia ordenando obispo al abiertamente gay Gene Robinson. Y en 2009 rompía con la moratoria autoimpuesta años antes y volvía a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. Más recientemente aprobaba la ordenación de personas transexuales y la creación de un rito litúrgico de bendición de las parejas del mismo sexo.
En el extremo opuesto se sitúan precisamente las iglesias anglicanas africanas, que rechazan frontalmente la homosexualidad (con la importante excepción de Sudáfrica, marcada por el ascendiente del arzobispo anti-apartheid Desmond Tutu). En especial, la iglesia anglicana de Nigeria ha tenido un peso grande en el sector más homófobo de la comunión anglicana, al ser la más numerosa en fieles después de la iglesia de Inglaterra.