Dios no pide imposibles

Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Puedes cumplirlo.


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