«Dios los bendice, aunque la jerarquía los condene».

José Arregui, teólogo vasco, ha sido entrevistado en Religión Digital. Extraigo aquí, tan sólo una parte de la entrevista, la que nos atañe como cristianos LGTB. Puedes acceder al resto de la entrevista desde el enlace fuente, situado al final del artículo.

¿Hay un cisma silencioso entre la jerarquía y las bases de la Iglesia?

El cisma es evidente. Pero la mayoría de los cristianos ya son lo suficientemente adultos en su mentalidad y en su fe, como para vivir en libertad y paz, a pesar de no acatar las directrices dogmáticas o morales de la jerarquía. Pienso, por ejemplo, en tantas y tantos que viven su fe sin aferrarse a determinadas creencias tradicionales que muchos obispos abusivamente llaman “fe de la Iglesia”. No es fe de la Iglesia, sino creencias de una determinada parte de la Iglesia. O pienso en quienes viven su sexualidad fuera de las normas canónicas: quienes utilizan anticonceptivos, los gays y lesbianas, los divorciados o separados que viven con otra pareja… Si se quieren y se ayudan, son sacramento de Dios. Dios los bendice, aunque la jerarquía los condene.

Dice usted: “La Iglesia de Jesús, en contra de Jesús, ha humillado a la mujer”. ¿Para cuándo la reparación?

Ya es muy tarde, tal vez demasiado tarde. Las mujeres, como antes los jóvenes, como antes los intelectuales, como antes los trabajadores, están abandonando esta institución eclesial católica, porque no encuentran en ella su lugar de dignidad. Pero conste: no pienso que su lugar de dignidad sea ser sacerdotes de acuerdo al modelo clerical de hoy. La inmensa mayoría de las mujeres católicas de hoy, al igual que la inmensa mayoría de los hombres creyentes, aspiran a otro modelo de Iglesia con otro modelo ministerial muy distinto, más parecido al movimiento de Jesús, un modelo democrático, comunitario, más allá de la distinción clérigo-laico, ministerios ordenados-no ordenados… Que las mujeres sean sacerdotes y obispos según el modelo actual no cambiaría gran cosa, aunque tal vez pudiera ser un paso intermedio para una reforma mucho más profunda.

Fuente: Cristianosgays.com


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