Hoy, día mundial del VIH/SIDA, traemos la memoria de todas aquellas personas que sufrieron, sufren y sufrirán el horror de una enfermedad hoy por hoy incurable unido a todas sus connotaciones de discriminación. Damos gracias porque de ser una enfermedad mortal, ha pasado a ser una enfermedad crónica (al menos para algunos). Gracias porque estas personas, como otras muchas, son las preferencialmente queridas por Dios.