Dejar crecer a los demás es un profundo acto de ternura. Aclarar y explicar mis frustraciones y no rumiarlas también lo es. La Navidad es contemplar la ternura y esperanza de la visita y cuidado de Dios hacia nosotros. El Señor viene a encontrarse con nosotros. ¿Cómo puedo responder ante tanta ternura? Cuida de uno de estos pequeños nos dice Jesús. Están a nuestro alcance hacer y cultivar estos gestos de ternura.