Contemplando a Mateo: hombre con un buen trabajo que le daba todos los medios para vivir bien. Con los años su corazón se fue endureciendo, porque aunque le separaba de los suyos, de su raíz, de su pueblo, no sabía renunciar, no encontraba una propuesta mejor. Cuando Jesús vino y le pidió que lo dejara por seguirle, él se levantó y le siguió inmediatamente.