Consumismo, pobreza y paro; volviendo los ojos al humilde para recobrar la alegría

Invocación inicial: Inunda mi ser, Inunda mi ser, Espíritu inunda mi ser. En olas de amor,  oh ven sobre mí. Espíritu inunda mi ser. Enséñame amar,  enséñame a amar, Espíritu enséñame amar. En olas de amor, oh ven sobre mí. Espíritu enséñame a amar.
 
Ambientación 
La sociedad actual nos ha acostumbrado a vivir desde un consumismo desenfrenado, haciéndonos insensibles a las situaciones de pobreza, hiriente y escandalosa, que se dan en nuestro mundo, consecuencia de las injusticias más atroces.
 
Los hombres y mujeres de nuestro tiempo experimentan la necesidad de volver sus ojos al pobre y humilde, pues intuyen que esa mirada puede ayudarnos a vivir alegres y libres desde un consumo responsable de los dones de la Creación. Puesto que nuestro ser y hacer nos pide cuidarnos recíprocamente nuestra identidad más profunda como seres humanos nos exige saber poner al servicio de toda la humanidad, cuanto tenemos en la mesa común del Padre Dios. 
 
Canto Las otras voces (Luis Guitarra) 
Nos amenazan con que será muy duro, 
con que no habrá bastante 
porque seremos muchos. 
Y nos esbozan un mundo dividido: 
a un lado los que sobran, 
a otro los escogidos. 
Que los del Norte se sientan más seguros, 
viajen en lindos coches y mimen a sus hijos. 
Y allá en el Sur, que cuiden de lo suyo, 
que no nos pidan tanto, que ya nos deben mucho. 
Nos profetizan desde el imperialismo 
crisis en los mercados y años de escepticismo. 
Para que el Norte remonte el fin de siglo 
se han de seguir las normas que dicten ellos mismos. 
Y allá, en el Sur, cien millones de niños 
padecen las secuelas del hambre y el olvido. 
Pero aún quedan unos pocos, 
que dicen que no están de acuerdo. 
Y resiste quien prefiere la lucha a la desigualdad. 
Día a día, codo a codo, hay gentes con los más pequeños 
derrochando solidaridad 
 
Lectura evangélica   Lc. 16, 19-31
“Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido en el portal y cubierto de úlceras, que deseaba saciar su hambre con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus úlceras. Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. También murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se hallaba entre torturas, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje en agua la yema de su dedo y refresque mi lengua”.
 
Abraham respondió: “Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tu estás atormentado. Pero, además, entre vosotros y nosotros se abre un gran abismo, de suerte que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan: ni tampoco puedan venir de ahí a nosotros”. Replicó el rico: “Entonces te ruego, padre, que lo envíes a mi casa paterna, para que diga a mis cinco hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar”. Pero Abraham le respondió: “Ya tienen a Moisés y a los profetas, ¡que los escuchen!” El insistió: “No, padre Abraham; si se les presenta un muerto, se convertirán”. Entonces Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto”. 
 
Canto: El mirar de Dios es amar, el mirar de Dios es amar (bis)
 
NO ACOSTUMBRARSE
Tenemos el vicio de acostumbrarnos a todo. 
Ya no nos indignan las cifras del desempleo; 
ni la nueva “esclavitud”  de los inmigrantes. 
No es noticia  el joven tirado o drogándose en una esquina. 
Ni los millones de muertos de hambre, cada año.
 
Nos acostumbramos, limamos las aristas de la realidad, 
Para que no nos hiera, 
Y la tragamos tranquilamente. 
Nos desintegramos.
 
Lo mas explosivo se hace rutina y conformismo; 
La contradicción de la cruz 
es ya solo el adorno sobre un escote, o la elegante chaqueta. 
Señor, tenemos la costumbre de acostumbrarnos a todo; 
aun lo mas hiriente se nos oxida.
 
Quisiéramos ver siempre las cosas por primera vez; 
 
Quisiéramos  una sensibilidad no cauterizada, para maravíllanos y sublevarnos. 
Haznos superar la enfermedad del tradicionalismo, es decir, la manía de embutir lo nuevo en paradigmas viejos.
 
Jesucristo, danos una espiritualidad de iniciativa, de riesgo, 
Que necesite revisión  y nuevos gestos. 
No queremos ver las cosas solo desde dentro;
 
Necesitamos tener algún amigo hereje,  drogadicto, inmigrante, 
Niño delincuente, vagabundo… Para ser disconformes como Tú, 
que fuiste crucificado por los conservadores del orden y la rutina. 
Enséñanos a recordar que Tu, Jesucristo, 
siempre has roto las coordenadas de lo previsible. 
Y sobre todo, que no nos acostumbremos a ver injusticias, 
sin que se nos enciendan las entrañas y la actuación. 
 
 
ORACIÓN POR LA COMUNIDAD LGTB.
Te pedimos, Señor, por todo el colectivo lgtb. Ten presente sus dificultades, sus gozos y sus esperanzas. Que sepan de tu presencia y de tu amor incondicional. Y concédenos a nosotros, que en medio de este colectivo, nos mostremos como cristianos valientes, con coherencia de vida y con criterios evangélicos, para poder ser signo de tu amor entre quienes no te conocen y te rechazan, por tener una imagen distorsionada de ti.
Señor Jesucristo, te pedimos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todos aquellos hermanos que sufren la soledad, que son perseguidos, que no son aceptados en su entorno. Te pedimos y te damos gracias por CRISMHOM, para que construyamos Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid.
 
Jueves, 2 de mayo de 2013.
 
Foto: Las Vegas, R. Margareto.

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