Celebramos la Cuaresma: el camino hacia la Pascua

Introducción: La cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, a vivirla como un camino hacia él, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios. La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

 

CANTO:»Ubi Caritas»

Ubi caritas et amor, ubi caritas Deus ibi est

 

A DOS COROS Salmo 50

Me presento ante ti, Señor, con un corazón extremadamente enfermo, un corazón manchado, endurecido, esclerótico: necesito que tú lo laves y lo cures, una operación quirúrgica-creativa, un corazón nuevo trasplantado.
Crea en mí, Señor, un corazón nuevo, quebranta mi corazón de piedra con el martillo de tu palabra, y moldea un corazón bello, como el tuyo, con el agua, el fuego y el aliento de tu Espíritu.
No apartes ya de mí tu santo Espíritu. Seré de verdad el hombre nuevo, todo un ejemplo; me vestiré de fiesta, perfumado con el óleo de alegría del Espíritu; y te ofreceré mis lágrimas agradecidas como un canto a tu gran misericordia.

CANTO:»Ubi Caritas»

Ubi caritas et amor, ubi caritas Deus ibi est

Lectura del santo evangelio según San Mateo.

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno no lo note la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
Introducción: La cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, a vivirla como un camino hacia él, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios. La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

CANTO: Te amo, Señor fortaleza mía, roca mía, castillo mío, mi libertador.
Dios mío, en ti confiaré.
Mi escudo eres Tú, y la fuerza de mi salvación.

PARA LA MEDITACION:

La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote asumió que el hombre sabía que vendría a verlo.
– «Supongo que me estaba esperando», le dijo.
– «No, ¿quién es usted?», dijo el hombre.
– «Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted. Cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo iba a venir a verlo».
– «Oh sí, la silla», dijo el hombre enfermo. «¿Le importa cerrar la puerta?».
El sacerdote, sorprendido, la cerró. «Nunca le he dicho esto a nadie, pero… toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc., pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Por ello hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: «René, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe mira a Jesús sentado delante tuyo. No es algo alocado el hacerlo, pues Él nos dijo ‘Yo estaré siempre con ustedes’. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora mismo».
René continuó hablando: ”Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija, pues me internaría de inmediato en la casa de los locos».
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a René que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le extendió una bendición, los santos óleos y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de René llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: «¿Falleció en paz?». «Sí», respondió la hija. «Cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?».
El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió: «Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera, recostados a Dios».

 

 Meditación/Silencio
Acción de gracias, peticiones
 

Acción de gracias comunitaria: Señor Jesucristo te pedimos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todos aquellos hermanos que sufren en la soledad, que se sienten solos, que son perseguidos, que no son aceptados en su entorno más cercano y te damos gracias y pedimos por Crismhom, para que construyamos Reino y, seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. 

Padre Nuestro

Nada te turbe, Nada te espante,
Quién a Dios tiene nada le falta.
Nada te turbe, Nada te espante, Solo Dios basta.
 


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