El jueves Santo es un día litúrgicamente cargado de símbolos, celebraciones y ritos, siendo quizá el día del amor fraterno el que más se nos pasa por alto.
Arriesgarnos en las relaciones, palpar nuestra fragilidad, acoger lo que nos lleva a más amor, volver a intentarlo después de algún dolor; son paisajes que nos son comunes a todos cuando hablamos de familia, hogar, de comunidad.
Amar duele, pero vale la pena, tejer y destejer y volver a tejer relaciones es el gran desafío, amar, perdonar y seguir amando. Algo que a primeras parece sencillo, pero cuánto nos cuesta.