A causa de mí, os llevarán ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo vais a hablar o qué vais a decir: lo que debáis decir se os dará a conocer en ese momento, porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino será el Espíritu del Padre el que hablará en vosotros.
Seréis odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.