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Todos llamados a ser santos

Día de todos los Santos y día de difundos. Santos y difuntos se unen. Santos podemos ser todos, Dios nos llama a todos a ser santos porque podemos serlo. Amar y dejarse amar. Cuidar y dejarse cuidar. Ser santo es ser humano y por tanto limitado. Es acertar a poner el amor por delante en el lugar de cada uno, dejarse hacer por Dios. Somos seres únicos con una misión. Nuestros difuntos queridos nos acompañan en todo momento. No nos olvidamos de ellos porque su amor no se puede olvidar.

Estatus

Diagnóstico de algo que nos pasa, para que lo tengamos en cuenta. Esta imagen me obsesiona.

 

Tenía yo vistas otras por La Red, pero estáticas. Los personajes aparecen fijados en su disfraz.

 

 

 

 

 

Pero la imagen animada se parece más a la realidad. Contra un cuerpo que se nos envejece y un entorno que se nos desmorona debemos luchar continuamente para mantenernos a flote. Y a veces lo hacemos mal, pisando cuellos. Ten cuidado con quien pisas al subir, porque seguro que te lo encontrarás al caer.

 

 

Solemnidad de los todos Santos

Hoy, en la solemnidad de todos los santos, recordamos y hacemos presente a todos los que nos han dejado, a los que mantenemos en el vivo recuerdo de nuestra memoria. Porque siguen formando parte de nuestro corazón y nos seguimos queriendo, porque siguen presentes en nuestra vida. Les damos gracias por haber compartido su vida y porque desde la llama vida de su amor siguen cuidando de nosotros. Por todos los que desde el silencio y la cotidianeidad velan gratuitamente por nuestro bienestar, por los que nos incordian porque nos quieren. Por nosotros mismos que anónimamente también velamos y cuidamos de los que lo necesitan. Hoy, día de los que cuidan y se dejan cuidar, de los que dejan fluir el amor por sus vidas presentes pasadas y futuras.

Hilo de tiempo

¡El tiempo! ¡Qué misterioso es!

El espacio nos parece más comprensible, podemos llevar pies y manos donde queremos. Pero el tiempo nos parece chocante, una línea y sólo en una dirección. Nuestra estatura forma parte del espacio pero el ser del tiempo no podemos isomorfizarlo en nuestro cráneo; dicen que el presente dura sesenta milisegundos. El Paraíso es un modo de tiempo, parecido al de los sueños, supongo. Discurre, fluye pero tiene algo de estanco. A mí me gustaría lo de  cambiar el pasado.

 

No todo el planeta adora a la Trinidad pero el calendario de la Segunda Persona se ha impuesto.  El concepto se hizo tiazo y sudó entre nosotros.

 

Exo y esotérico. ( Y Siria )

Hay dos clases de liturgias, las esotéricas y las exotéricas.

 

Las esotéricas se convocan secretamente, y suceden en espacios cerrados, para iniciados, normalmente a oscuras y con nubes de incienso. Dan mucho impacto psíquico, dicen. Las exotéricas son exteriores, se anuncian y hacen abiertamente en el campo o en cualquier sitio a puerta abierta.

 

Infundiendo esperanza en la debilidad

El ancla es el símbolo universal de la esperanza. En medio de la tormenta, la inseguridad y la indecisión, infundir esperanza consiste en ofrecer a la persona un lugar donde clavar el ancla. Un ancla fundamentado en la realidad, aunque sea un deseo de realidad, siempre que sea alcanzable. El reconstituyente saludable en medio de la vulnerabilidad para anclar nuestra esperanza es sentirse esperado por otra persona. Incluso nuestro cuerpo funciona de otra manera. Se genera seguridad y confianza. Surgen deseos de mejora y nos cura de la soledad.

Jorge Manrique, 1440-1479

Seguramente conozcáis las Coplas, a la muerte de su padre, de Jorge Manrique. Hay una que hoy va dedicada a cirujanos plásticos, multinacionales de la belleza, entrenadores de zumba, crossfit, spinning y demás zarandajas físicas, aeróbicas y anaeróbicas,

 

Si fuese en nuestro poder hacer la cara hermosa corporal, como podemos hacer el alma tan gloriosa, angelical, ¡qué diligencia tan viva tuviéramos toda hora, y tan presta, en componer la cautiva, dejándonos la señora descompuesta!

 

La dicción

Sofía Herrera de Álvaro tiene un canal en YouTube llamado Canal de Creatividad Conductiva. Sofía es mujer de voz bonita voz y fundado
curriculum. La mayoría de sus vídeos sirven para que las familias resuelvan algún sonido de sus niños, la ese, la zeta, la erre. En los comentarios le dan
las gracias.

 

Tiene otro vídeo algo especial. Se llama cómo eliminar tu acento, y lleva colgando una ristra de comentarios de mucha gente. Ella avisa que es para actores que deban variar su acento. Que no se trata de ocultar las raíces ni evitar que identifiquen de dónde se es. Los acentos forman parte de la riqueza cultural de cada lugar.

 

Competencias espirituales para acompañar a sanar

Si nos ponemos al lado de otra persona para acompañar y apoyar su camino, consideremos la importancia de su dimensión espiritual más allá de su estricta experiencia religiosa. La inteligencia o competencia espiritual tiene que ver con hacerse preguntas profundas de compromiso con la propia realidad, con la búsqueda de sentido en la vida y de respuestas que se traducen en acciones concretas. Personas que trabajan por conocerse a sí mismas, que identifican lo que hondamente tiene valor en sus vidas porque tienen necesidad de encontrar sentido. Personas que intentan escribir y contemplar su vida como un relato unificado y unificador, que necesitan sentirse parte de algo más allá de sí mismas. Gente que acude a la filosofía o las religiones para hacerse preguntas e intentar encontrar respuestas, que se admiran y comprometen ante la naturaleza, que contemplan en silencio lo que les rodea con los ojos del corazón.

Descubriendo nuestra propia vulnerabilidad

Cuando entramos en la realidad de la persona que acompañamos, recibimos el eco de nuestra propia vulnerabilidad, porque entrar en el mundo ajeno nos abre las puertas de nuestro propio mundo. Cuando unimos la experiencia del otro a la nuestra, interpretamos y comprendemos nuestra propia realidad, nos descubrimos sanadores heridos. Involucrar nuestro ser en el acto de acompañar, empatizando con la herida ajena, activa nuestras propias heridas. Integramos nuestra propia sombra y eso nos sana. Aceptar y reconocer nuestra propia fragilidad se convierte en la herramienta resiliente para ayudar a sanar a otros.

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