Catequesis a las jerarquías que han olvidado

Es interesante ver cómo aquellxs representantes de un discurso de amor se olvidan de su responsabilidad y debe recordarselo un funcionario público laico con una mejor «homilía» para la ocasión.

Un ejemplo a seguir.
Ha llegado el momento de hacer «catequesis» con la jerarquía religiosa cristiana y enseñarles el camino de Jesús, el Carpintero de Nazareth. 

Deja que Dios hable a través de ti

Una y otra vez te enfrentas a la opción de dejar hablar a Dios o dejar que tu parte herida lance alaridos. Si bien tiene que haber un lugar en el cual puedas permitir que tu parte herida reciba la atención que necesita, tu vocación es hablar desde el lugar en que reside Dios.

Cuando dejas que tu parte herida se exprese bajo la forma de apologías, discusiones o quejas (a través de las cuales no se la puede escuchar verdaderamente), solo te sentirás cada vez más frustrado y rechazado. Defiende a Dios en tu interior y deja que Dios pronuncie palabras de perdón, de sanación y de reconciliación, palabras que llamen a la obediencia, al compromiso radical y al servicio.

Profesión de Fe de lxs diversxs inclusivxs

«Creo en Dios y soy diverso practicante.

La diferencia me nutre.

Dios no me pide SER quien no soy.

La aceptación de la diversidad me enseña que la Común Unidad se encuentra más allá de las particularidades personales, se encuentra en SOLO DIOS y en los pensamientos de Dios.

Respetando mi diversidad, respeto la del otrx y puedo pedir respeto.

Unirme junto a mis hermanxs en la COMÚN UNIDAD no lleva a la uniformidad.

No creo en el miedo a lo diferente sino en el Amor a la plenitud de lo diverso.

El espíritu de Dios enseña a convivir en el respeto.

Bendito seas mi Señor, Bendito sea mí ser diferente y Bendito el ser diferente de mis hermanxs.»

Repite a menudo: «Señor ten piedad»

Te preguntas que hacer cuando te sientes atacado por todos los flancos por fuerzas aparentemente irresistibles, olas que te cubren y que quieren hacerte perder pie. A veces, estas olas consisten en sentirse rechazado, sentirse olvidado, sentirse no comprendido. A veces, consisten en ira, resentimiento, o hasta deseo de venganza, y a veces, en una autocompasión y autorrechazo. Estas olas te hacen sentir como un niño indefenso abandonado por sus padres.

Separa los falsos dolores del verdadero dolor

Hay verdadero dolor en tu corazón, un dolor que realmente te pertenece. Ahora sabes que no puedes evitarlo, ignorarlo ni reprimirlo. Es este dolor el que te revela como se te convoca a vivir en solidaridad con la quebrada raza humana. Debes distinguir con cuidado, sin embargo, entre tu dolor y los dolores que se han adherido a el pero que no son verdaderamente tuyos. Cuando te sientes rechazado, cuando te consideras un fracaso y un inadaptado. Debes tener cuidado de no dejar que estas sensaciones y pensamientos perforen tu corazón. No eres un fracaso ni un inadaptado. Por lo tanto, tienes que desconocer estos dolores como falsos. Pueden paralizarte y evitar que ames del modo en que eres convocado a amar.

Sigue buscando la comunión

Un deseo de comunión ha sido parte de ti desde que naciste. El dolor de la separación, que experimentaste cuando niño y que sigues experimentando ahora, te revela este profundo apetito. Toda tu vida has buscado una comunión que venciera tu temor a la muerte. Este deseo es sincero. No lo veas como una expresión de tu ansiedad ni como un síntoma de tu neurosis. Proviene de Dios y es parte de tu verdadera vocación.

Con todo el amor que puedo …

Hay momentos en mi vida que han estado llenos de AMOR. Hoy es el aniversario de uno de ellos.

Hoy 9 de marzo he decidido dejar esta cuaresma de lado.

Hoy 9 de marzo quiero aparcar la cuaresma para vivir con gozo el recuerdo de otro 9 de marzo de otra Cuaresma.

Ese día, hace años, ingresé en el monasterio Nuestra Señora de los Ángeles de la orden O.C.S.O.(Ordo Cisterciensis Strictioris Observantiae, Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, llamados Trapenses) en la localidad de Azul, Argentina.

Esa noche ya, comenzó el camino que me convirtió en el HERMANO CRISTIANO, mi nombre religioso.

Enfrenta al enemigo

A medida que ves más claramente que tu vocación es ser testigo del amor de Dios en este mundo, y a medida que te decides más a vivir de acuerdo con esa vocación, los ataques del enemigo se incrementaran. Escucharas decir: “Careces de valor, no tienes nada que ofrecer, no eres atractivo, ni deseable, ni amable.” Cuanto más sientas el llamado de Dios, mas descubrirás en tu propia alma la batalla cósmica entre Dios y el Diablo. No temas. Sigue fortaleciendo tu convicción de que el amor de Dios es suficiente para ti, de que estas en buenas manos, y de que se te esta guiando en cada paso del camino. No te sorprendas por los ataques demoníacos. Se incrementaran pero, al enfrentarlos sin temor, descubrirás que no tienen poder.

Hay veces ….

Hay veces que Dios se hace presente en medio de su ausencia. Hay veces que simplemente sabemos que está ahí porque algo fuera de la razón, el sentir o los sentidos del alma o del cuerpo nos muestra que es así. Hay veces que las cosas brillan más de lo usual, sin razon y es Él la única respuesta posible.
Hay veces que en una de nuestras moradas interiores del alma se enciende una luz con el único propósito de mostrarnos que esa habitación está reparada, sanada y lista para ofrecer y cumplir el plan por la que ha sido reacondicionada de una forma nueva. 

Defiende la victoria

Aun tienes miedo de morir. Ese temor esta relacionado con el temor de no ser amado. Tu pregunta “¿Me amas?” y tu pregunta “¿Tengo que morir?” están íntimamente conectadas. Hacías estas preguntas cuando eras un niño pequeño, y aun las formulas.

Cuando llegas a saber que eres plena e incondicionalmente amado, también llegas a saber que no debes temer la muerte. El amor es más fuerte que la muerte; el amor de Dios estaba allí antes de que nacieras y estará allí para ti después de tu muerte.