Sigue eligiendo a Dios

Estas permanentemente frente a alternativas. La cuestión es si optas por Dios o por tu propio ser indeciso. Sabes cual es la opción correcta, pero tus emociones, pasiones y sentimientos te sugieren permanentemente que optes por la vía del autorrechazo.

Por ahora, esconde tu tesoro

Has encontrado un tesoro: el tesoro del amor de Dios. Ahora sabes donde esta, pero aun no estas preparado para adueñarte de el por completo. Muchos apegos te siguen alejando. Si quieres poseer del todo a tu tesoro, debes ocultarlo en el campo en que lo encontraste, salir alegremente a vender todos tus bienes, para después volver y comprar ese campo. Puedes estar verdaderamente feliz por haber encontrado el tesoro. Pero no deberías ser tan ingenuo como para pensar que ya lo posees. Solo cuando te hayas desprendido de todo lo demás, el tesoro podrá ser plenamente tuyo. Haber encontrado el tesoro te coloca ante una nueva exigencia para tenerlo. La vida Espiritual es una larga y, a menudo, ardua búsqueda de lo que ya has encontrado.

No saber amar

«Quien tenga miedo a andar, que no se suelte de la mano de su madre.

Quien tenga miedo a caer, que permanezca sentado.

Quien tenga miedo de equivocarse de camino, que se quede en casa. 

Pero quien haga todo eso ya no podrá llamarse ser humano, porque lo propio del ser humano es arriesgarse. 

Podrá decir que ama, pero no sabe amar, porque amar es ser capaz de arriesgar por otros».

Tagore

Sobrevive a tus heridas

Te han herido de muchas formas. Cuanto mas te abras a la sanación, mas descubrirás cuan profundas son tus heridas. Estarás tentado de desanimarte, pues debajo de cada herida que destapas encuentras otras. Tu búsqueda de la verdadera sanación será una búsqueda dolorosa. Será necesario derramar muchas lágrimas.

Pero no temas. El simple hecho de que estés mas consciente de tus heridas demuestra que tienes la fuerza suficiente para enfrentarlas.

Deja que los demás te ayuden a morir

Tienes mucho miedo de morir solo. Tus recuerdos profundamente secretos de un nacimiento aterrador te hacen sospechar que tu muerte será igual de aterradora. Quieres estar seguro de que no te aferraras a tu existencia presente, sin o que tendrás la libertad interior para liberarte y confiar en que algo nuevo te será dado. Sabes que únicamente alguien que verdaderamente te ame puede ayudarte a unir esta vida con la que le sigue.

Entrégale tu agenda a Dios

Estas muy preocupado por tomar las decisiones correctas respecto de tu trabajo. Tienes tantas opciones que estás constantemente agobiado por la pregunta: “¿Qué debo hacer y que no?” Se te pide que respondas a muchas necesidades concretas. Hay gente que visitar, gente que recibir, gente con la que simplemente estar. Hay temas que piden atención, libros que parece importante leer, y obras de arte para ver. Pero ¿qué de todo esto verdaderamente merece tu tiempo?

Afortunadamente

 Afortunadamente no seremos juzgados por los conocimientos, por el status, la belleza ni por los actos ritualistas religiosos, sino por haber vivido o no la compasión, la ternura, la misericordia y la solidaridad.

Todo se juega en este momento. El vencimiento ultimo, la cita con lo eterno, ¡es hoy!.

Deja que tu dolor se trasforme en el dolor

Tu dolor, profundo como es, se relaciona con circunstancias específicas. No sufres en abstracto. Sufres porque alguien te hiere en un momento particular y en un lugar particular. Tus sentimientos de rechazo, de abandono y de inutilidad están arraigados en acontecimientos de lo más concretos. De este modo, todo sufrimiento es único. Esto es eminentemente cierto respecto del sufrimiento de Jesús. Sus discípulos lo abandonaron, Pilato lo condeno. Los soldados romanos lo torturaron y lo crucificaron.

Tus planes sobre mí

“Invocaré al Dios altísimo, al Dios que lleva a cabo sus planes sobre mí” (Salmo 56) ¡Cuánto me consuela, Señor, saber que tú tienes planes sobre mí! Para ti no soy algo inútil. No soy del montón, no soy una creación de rutina, no soy un producto accidental. Estoy en tus pensamientos y en tus planes desde antes del comienzo de todas las cosas […] Tengo sentido ante ti antes de tenerlo ante mí mismo. Hay un plan para mí en tu corazón y eso basta para que yo valore mi vida y me atreva a existir […] Tú me conoces y conociéndome, cuentas conmigo para llevar a cabo tus sueños del Reino. Tienes un plan para mí. Descubrirlo viviéndolo día a día es mi misma definición como persona. Quiero ser yo mismo, en fe cotidiana, hasta encontrarme a mí mismo en ti. Esa es mi vida (Busco tu rostro, Carlos García Vallés).

Sabes que eres bienvenido

No ser bienvenido es tu temor más grande. Se relaciona con tu miedo del nacimiento, tu temor de no ser bienvenido en esta vida, y tu temor de la muerte, tu temor de no ser bienvenido en la vida que sigue a ésta. Es el temor profundamente arraigado de que hubiera sido mejor no haber vivido.

Aquí estás frente al centro de la batalla Espiritual. ¿Te vas a entregar a las fuerzas de la oscuridad, que dicen que no eres bienvenido en esta vida, o puedes confiar en la voz de Aquel que vino no para condenarte sino para liberarte del miedo? Tienes que optar por la vida. En cada momento, debes decidir confiar en la voz que dice: Te amo. “Me has tejido en el vientre de mi madre” (Sal 139, 13).