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Contemplando la que se le avecina

Contemplando la que se le avecina a Cristo. Sabiendo a quién ha escogido y sabiendo yo de quién me he fiado. Aun pudiendo esquivar, escapar, teniendo motivos absolutamente legítimos para hacerlo, no busca librarse. Se sometió para librarme, para que no fuera pasto de mi propio egoísmo, para que encontrara un camino de felicidad. Y mirándolo así, pienso en qué he hecho, qué hago y qué pienso hacer por quien tanto me ama.

Hermanos en Cristo

Intentando aclarar cosas que ya están claras. Pensando en dar explicaciones por cosas que ya están explicadas. Contemplando entendimientos que entienden, oídos que escuchan, con el deseo de que lo difuso se haya hecho claro y lo ambiguo explicado. Dándose tiempo entretanto, con cosas importantes que nos trascienden y agradeciendo el cariño fraterno de hermanos en Cristo.

Cosas no resueltas

Contemplando cosas que se quedan incrustadas en el corazón. Olvidadas, afloran de pronto, sin que uno casi lo aprecie. Cayendo en la cuenta de que no están aún resueltas. Invocando al amor de Dios, para que haciéndose presente, me enseñe a mirarlas con sus ojos, para que su mirada sanadora las vaya resolviendo.

Yendo a lo práctico

Viviendo a fondo lo humano. Yendo más allá de lo empírico para descubrir a Dios en el encuentro personal. Cercanía, proximidad, contemplando a la Iglesia como hospital de campaña tras una contienda. Con deseo de centrar la acción en las fronteras.

Sirviendo al más grande, Jesucristo

Contemplando la respuesta de un amigo y colaborador, tras un malentendido con otro que por su exceso de entusiasmo, sin darse cuenta, le quitó su puesto y papel: «Te quiero mucho y no quiero apagar tu entusiasmo en cada cosa que haces, porque estamos sirviendo al mas grande, Jesucristo». Superando y aclarando malentendidos, porque al fin y al cabo estamos aquí solamente, para servir al más GRANDE, Jesucristo.

Por no meterme en el fango

Preguntándome en la intimidad qué estoy haciendo con mi vida. ¿Podría gestionarla de otra manera? En plena campaña contra el hambre de Manos Unidas, hoy pido perdón, Señor, por asomarme desde mi balcón, a las miserias de tierra, a la gente que no interesa. Por no meterme en el fango y hacer mío su dolor.

Creyentes incrédulos

Viviendo la fe en un mundo de increencia, entre ateos y agnósticos. Algunos muy respetuosos, dignos de admiración y otros virulentos contra la fe, que no saben ni quieren saber si existe Dios. También indiferentes, faltos de interés, creyentes incrédulos arrastrados por la cultura imperante.

Él fue primero

Nosotros creemos en Dios porque Él creyó antes en nosotros, esperamos en Él, porque también esperó en nosotros. Podemos amarle porque fue Él quien nos amó primero. Nuestra fe es una forma de vida en camino que se construye y acrecienta en la cotidianidad de la vida diaria y se hace creíble ante los demás a través de gestos, acciones y palabras. Es la herencia de la iglesia, de todas las personas creyentes que nos precedieron.

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