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Haciendo memoria agradecida

Contemplando mi situación actual y haciendo un ejercicio de memoria agradecida en los últimos años. El agradecimiento nos hace vivir con muchísima fuerza, ánimo, alegría y esperanza. Desde el agradecimiento, nuestra soledad es una soledad acompañada. Contemplando el Salmo 22 («El Señor es mi pastor, nada me falta»). ¿Por qué caminos me ha llevado el Señor? Necesitamos espacios verdes. ¿Qué me falta? ¿Hacia dónde me siento conducido? ¿Siento que el Señor repara mis fuerzas? ¿Siento que ha estado Dios presente en mi vida o acaso he estado yo solo?

Humanizando el entorno laboral

Contemplando los tiempos de Dios. No son los míos. Sintiendo una clara llamada a poder trabajar en expresar mi humanidad en el entorno laboral evitando y luchando contra el aislamiento propio y el de los demás. Siendo consciente de que los momentos inspirados no aterrizan tan inspirados en la vida diaria. Valorando el gran privilegio de disfrutar de momentos de intimidad con Dios.

¿Por qué has dudado?

Intentando torpemente romper el aislamiento con la gente de mi trabajo. Intentando poner mi amor más en las obras que en las palabras. Acertando a seguir a Jesús, pero dudando por el camino si no seré un insensato haciéndolo. Intentando agarrarme a la mano de Jesús andando sobre las aguas mientras caminando sobre ellas siento que me hundo. Él, en medio de la tormenta, me dice: «¿Por qué has dudado? ¿Por qué sigues dudando».

Anotaciones de Teresa de Calcuta

Anotaciones se la Madre Teresa de Calcuta para aprender en qué consiste amar: no importa lo que se hace, sino el amor con que se hace. Lo importante es hacer cosas ordinarias, pequeñas, con un amor extraordinario. Una vida sin amor no vale nada y vale todo cuando se ama. No hay pobreza o sufrimiento mayor que el de ser rechazado. Creer que en cada persona podemos encontrar a Dios y que Dios es Padre y fuente de vida.

Regocijaos

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré:¡Regocijaos! 5 Vuestra bondad sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4, 4ss)

Principio y fundamento

El fundamento de mi vida es sentir que no pertenezco a este mundo, pero aún así Dios me pide que esté y trabaje en él. Que estoy sellado por su Espíritu y que por mucho que pretenda esconderlo, estoy tocado por su mano y se me nota. Descubrir que hay cosas que a pesar de despertar desde hace años gran pasión en mí, ya no me interesan tanto y están dejando paso a otras que no imaginaba. El fundamento de mi vida es descubrir que Jesús de Nazaret ha sido desde pequeño mi mejor amigo, mi amado. Que tengo que seguir buscando y replanteando las cosas, admitir que las motivaciones se agotan, las etapas se cierran y ver cómo cada vez más claramente aflora lo más esencial y vital de mí mismo. El fundamento de mi vida es gozar intensamente al contemplar lo bien hechas que están las cosas inspiradas por su Espíritu. El fundamento de mi vida es dar gracias porque mi queridísimo Señor intenta siempre estar alrededor de mí.

Anotaciones sobre la libertad

Ser libre es admitir que hay un SEÑOR en mi vida. Jesús es libre porque entrega su vida. Lo mismo hacen los esposos: se entregan mutuamente todos los días de su vida. Sólo se experimenta la libertad desde la experiencia de sentirse amado. Ser libre es dejarse moldear por el Espíritu y por Dios. Ser libre no es ser perfecto, se trata de vencernos y disponernos frente a los apegos desordenados. Vivir libre está relacionado con vivir ligero de equipaje, sin acumular. Ser libre es sentir que en manos de Dios no tenemos nada que perder. Siguiendo el deseo hondo, la determinación deliberada y no la apetencia o el deber.

Enviados

Que el Señor te bendiga y te proteja. Que inspire y colme tu ministerio de su presencia. Que te convierta en medio eficaz y presente de su amor. Que te dé plenitud, felicidad y la fuerza que concede la alegría del evangelio, sabiendo lo preciado que eres para Él, así como lo preciado del encargo que te hace. Que la bondad y sencillez de tu caminar, te confieran una salud de hierro y la paz interna de hacer lo que Dios quiere de ti.

No quieras pensar

No quieras pensar que Cristo se ha olvidado de ti.

Gracias por nuestras dudas, porque nos ayudan a crecer.

Dame, Señor, todo ese amor que me pides. Dame todo ese amor. Dame más amor.

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