Búsqueda avanzada
  • Tipo de contenido

  • Categorías

  • Autor

  • Limpiar filtros

Estoy a la puerta y llamo

Recíbeme con todo lo que Tú pusiste en mí, con todas esas ganas de vivir, con toda mi miseria.

Ap 3, 20: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a ella o a él, y cenaré con ella o con él y ellos conmigo».

Sombra como encerramiento

Para experimentar el abrazo amoroso de Dios y su rescate, necesitamos descender al fondo de nuestras sombras. Contemplando la sombra, como el encerramiento en uno mismo, donde no existe ni Dios, ni los demás. Ni siquiera nuestro verdadero yo.

Canto y ofrenda de amor

Quiera el Señor darnos a sentir cada vez más claramente su amor y que este llene tanto nuestra vida que queramos poco a poco ir transformándola en canto y ofrenda de amor para todos los hombres y mujeres de este mundo.

Se saldrá con la suya

Tanto Zaqueo que quería encontrarse con Jesús pero no sabía cómo y se subió a un árbol (haciendo el ridículo) o Jonás que sale huyendo, o Nicodemo que tiene muchos miedos, se acerca de noche y no le cabe en la cabeza que sea posible empezar de nuevo, todos ellos se acaban encuentrando con Jesús. Por muchos impedimentos que pongan o tengan, Dios se acaba encontrando con todos ellos, porque es Dios quien se acaba saliendo con la suya. Tengamos confianza en que por muy mal que se nos dé (salgamos huyendo como Jonás), Dios se acabará saliendo con la suya.

Luchando contra el aislamiento

Desde el afecto y la gratitud de Dios recibida desde Dios mismo y los que nos rodean, hoy quiero pedir encontrar gestos, obras, palabras, pensamientos, sentimientos en pro de personas que me aislan o de las que me aislo.

Estaba ahí pero no le reconocía

El Señor estaba ahí pero yo no le reconocía. Ejercitando la memoria agradecida de nuestro encuentro con Dios, para que surja en nosotros afecto y gratitud hacia su bondad. Ahí estaba, aunque no le reconocimos. Es fácil decidirse por alguien por quien sentimos afecto y gratitud. No podemos contar con que al darnos, los demás nos respondan. Sin embargo, el afecto y gratitud bien gustados e interiorizados de Dios y los demás, nos permiten dar y gustar dar sin necesariamente recibir.

Sacando algo bueno de las cruces

El Señor estaba aquí pero yo no le reconocía. Esto nos pasa en mitad de la dificultad. Dios no nos manda cruces, las trae la vida. Jesús nos acompaña para sacar algo bueno de cada una de ellas sin que se nos oscurezca la fe.

Facilitando el encuentro con uno y con Dios

Acompañando, facilitando y animando el encuentro con Dios de una persona muy querida. Cambiando mis planes para dar espacio, lugar y oportunidad a un encuentro que no es el mío, pero al que me siento llamado a apoyar con mi tiempo y sencilla presencia silenciosa. Nuevamente, mi mayor gozo es poder hacer la vida agradable a los demás. Inspirado para aprovechar a ser generoso ante esta oportunidad de hacer que los cercanos tengan espacio de encuentro consigo y con Dios.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad