Fortaleza mía
Te amo, Señor, fortaleza mía, roca mía, castillo mío, mi libertador. Dios mío en ti confiaré. Pues mi escudo eres Tú y la fuerza de mi salvación. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.
Te amo, Señor, fortaleza mía, roca mía, castillo mío, mi libertador. Dios mío en ti confiaré. Pues mi escudo eres Tú y la fuerza de mi salvación. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.
Opciones que son tentaciones. Tentaciones en forma de opciones. Elecciones entre buenas opciones. Intentando y pidiendo acertar a escoger la que más conduce a la felicidad. Constatando lo difícil que es elegir con criterio, con el criterio de Dios. Quédate, Señor y vela conmigo, quedaos vosotros también y pedid no ceder en la prueba, la prueba de hacer mudanza en tiempo de desolación.
¡Oh pobreza, fuente de riqueza! La pobreza nos fuerza a ser auténticos, sin tener que contentar a todos. Nos hace libres porque administrar cuando mucho se tiene, es una esclavitud.
No somos quiénes para juzgar. Todos pasamos por circunstancias que explican lo que hacemos. No juzgar es un gran ejercicio de amor.
Sobre la confianza. Pidiendo fe y confianza de que Dios tiene planes de felicidad para cada uno. Planes en ocasiones insondables, ininteligibles, INIMAGINABLES. Pidiendo no tener miedo a dejarse hacer, al ejercicio de disponerse y aceptar que cuando hay caminos inspirados por Él que se cierran, aparece la esperanza firme de que el Señor nos abrirá otros, sabiendo que el camino recorrido no es en vano, sino que es necesario seguirlo y vivirlo, porque es el medio eficaz que tiene Dios para dotarnos de la capacidad de en todo amar y servir.
En aquel tiempo llamó Jesús a los doce y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar todo achaque y enfermedad.
Jesús dijo a sus discípulos: La mies es abundante y los braceros pocos. Por eso, rogad al dueño que envíe más braceros a su mies. Envía, pues, a este pobre servidor tuyo y ayúdale a descubrir esa mies inaccesible a la que sólo pueden acceder personas con una trayectoria particular labrada palmo a palmo por ti.
El Señor es mi salvador. En Él confiaré y no me desanimaré. Porque mi fortaleza y mi canción es el Señor. Sacaremos agua llenos de alegría de las fuentes de la salud.
Dios trabaja poco a poco. Con la suma paciencia que nos permite aceptar y encajar lo que nos viene en nuestra vida. El tiempo de Dios no es el nuestro. La felicidad de nuestra vida consiste en hacer una buena elección. Estamos llamados a ser críticos y crecer en profundidad, porque las respuestas de ayer no sirven para las preguntas de hoy.
Pensar en para qué en lugar de por qué. Aprovechemos todo lo que nos viene, lo bueno y lo malo, para recordar nuestra limitación y no caer en la vanagloria de los primeros ángeles.
Minúsculos cambios pueden tener grandes consecuencias. Un gesto u acto de verdad, hace el mundo más verdadero. Ningún acto de bondad deja al mundo indiferente, lo hace mejor por pequeño que sea. Nuestras acciones y pensamientos no dejan indiferente a nuestro entorno.