Sea nuestra caridad sin fingimiento; detestando el mal, adhiéndonos al bien; amándonos cordialmente los unos a los otros. Estimando en más cada uno a los otros. Con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor. Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración. Practicando las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad (Romanos 12, 9-13).