Dios me ha creado como soy, no como querría ser, con un propósito, una misión, una vocación. Soy una pieza necesaria, preciosa y apreciada en el puzle del mundo, donde busco encajar, encontrar mi sitio. Porque al mirar el puzle, lo primero que resalta son las piezas que faltan o las que no están en su sitio, sea mi gozo y alegría encontrar mi sitio, donde todo lo que he recibido cobre sentido y se potencie para mayor felicidad propia y de los demás.