Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo Padre amoroso del pobre, don en tus dones esplendido;luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma,descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Lo sencillo se hace excepcional. Bañame, Espíritu, que hoy te siento en mi compañía. Baña e inunda a estas amigas y amigos a los que yo tanto quiero.