SENTIMIENTO SOBRE LA MUERTE
Siento un profundo respeto hacia la muerte, es un gran misterio. Pienso poco en ella, tratándose de mi: “cuando Dios quiera, como Dios quiera y donde Dios quiera”. Se que la muerte es una realidad para mi, (para todos), y la acepto y asumo como algo natural y creo que estoy preparada para cuando me llegue la hora. Mi deseo es VIVIR… y cuanto más mejor, si mi calidad de vida es razonable.
Saber que la muerte se va acercando me lleva a vivir el presente con mayor intensidad, a tratar de disfrutar más de la vida, a hacer cosas que a lo mejor, no tardando mucho, no voy a poder realizar. Me hace estar activa dentro de una paz y tranquilidad propias de la edad que voy teniendo. Ahora hacer las mismas cosas que hacía antes me lleva más tiempo. Noto que tengo pequeños achaques, que los niños me cansan, que las comidas del fin de semana en casa con toda la familia, por lo general las tengo que organizar en dos días. Ya no puedo tener una mañana llena de actividades y la tarde también sin haber dormido una buena siesta, porque acabo muy cansada, etc.