Creando costumbres con sentido

Y porque Ignacio de Loyola había sido muy curioso de curar el cabello, que en aquel tiempo se acostumbraba, y él lo tenía bueno, se determinó dejarlo andar así, según su naturaleza, sin peinarlo ni cortarlo, ni cobrirlo con alguna cosa de noche ni de día. Y por la misma causa dejaba crecer las uñas de los pies y de las manos, porque en esto también había sido curioso.

Contemplando una oblea de pan

Estando Ignacio de Loyola oyendo misa un día, y alzándosele el Corpus Domini, vio con los ojos interiores unos como rayos blancos que venían de arriba; y aunque esto después de tanto tiempo no lo puede bien explicar, todavía lo que él vio con el entendimiento claramente fue ver cómo estaba en aquel Santísimo Sacramento Jesucristo nuestro Señor.

Rompiendo ayuno, por voluntad de Dios

Y perseverando, Ignacio de Loyola, en la abstinencia de no comer carne, y estando firme en ella, un día se le presentó delante carne para comer, sin haber precedido ningún deseo della; y le vino también juntamente un grande ascenso de la voluntad para que de allí en adelante la comiese; y aunque se acordaba de su propósito de antes, no podía dudar en ello. Y contándoselo a su confesor le decía que mirase por ventura si era aquello tentación; más él, examinándolo bien, nunca pudo dudar dello.

Amar

La vida espiritual se resume en amar. No se ama cuando se quiere hacer el bien, o ayudar, o proteger a alguien. Si obramos asi, estamos viendo al otro como un simple objeto, y a nosotros mismos como personas generosas y sabias. Esto no tiene nada que ver con el Amor. Amar es estar en comunión con el otro, y descubrir en él el fuego de Dios (Thomas Merton).

Una mula providente

camino iba Ignacio de Loyola y encontróse con un moro. Hablando de Nuestra Señora diole el moro razones, sin poderlas contravenir, de que la Virgen no podía ser tal. Y adelantándose el moro, díjole que pararía en una villa junto al camino real. Quedándose muy incómodo Ignacio y con deseo de apuñalarlo por deshonrarla, sin saber qué hacer, dejó a la mula sin riendas en donde se dividía el camino real. Y aunque el camino hacia la villa del moro era más amplio y el destino era visto, continuó la mula por el camino real.

Haciéndose hombre, uno de tantos

Contemplando el mal en el mundo, la guerra, la explotación con un profundo sentimiento de impotencia. Contemplando a las tres personas divinas mirando la situación en el mundo. Viéndose afectadas hondamente por esta situación, deciden enviar a una de ellas para salvar al mundo. Haciéndose hombre, uno de tantos, nacido en un pesebre en medio de pastores.

Oración ecuménica de los jueves: Sobre los ídolos

La primera preocupación del hombre en general es la búsqueda ansiosa de lo necesario para dar seguridad a la existencia. Donde ponemos nuestra seguridad, ahí encontramos nuestro valor supremo, nuestros afanes, obsesiones y preocupaciones. Nuestros ídolos que a menudo mantenemos escondidos: el dinero, la ambición, el éxito profesional, yo como centro de todo, la tendencia a estar por encima de los demás, la pretensión de ser los únicos amos de nuestra vida, y muchos otros. Esta adoración idolátrica nos encierra en nosotros mismos e imposibilita la apertura a Dios y a los hermanos. Obsesión por competir, especular y acumular, frente a la vida y la relación desinteresada con los demás. El Reino empieza a estar presente entre nosotros cuando posibilitamos la fraternidad, cuando hay confianza y no competitividad, la ayuda es recíproca y el compartir espontáneo. Transformar la preocupación en ocupación. Creer en Dios, poner en Él nuestra confianza, es sostenernos en Él.

En desacuerdo con seguir a Cristo

¿Pensáis que he venido a traer la paz a la tierra? No, os digo que he venido a traer la división.
Padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre, suegra contra nuera y nuera contra la suegra».
Nunca se me dijo que por seguir a Jesús, la gente a mi alrededor va a estar de acuerdo. Si esto me puede pasar con las personas más cercanas, ¡cuánto más con el resto!

Devorando palabras

Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, mi queridísimo Señor.

Contemplando cosas sencillas y pequeñas

Contemplando cosas sencillas y pequeñas. Unos niños pequeños visitando a un familiar que había buscado unos caracoles para que jugaran llenos de ilusión. Una madre valorando y tratando de acertar en cómo tratar a su hijo al coger una rabieta sin sentido. Ahorrando una fuerte cuesta a unos familiares mayores para que fueran a misa. Contemplar la alegría de una tía que recibe a su sobrino porque prefiere estar con ella en un pequeño pueblo, que en la gran urbe.