Cuidando finamente las cosas pequeñas

La globalización de la indiferencia se vence con la lucha contra la inequidad. La iglesia crece por atracción, contagio; no por proselitismo sino enamoramiento, risa, alegría. Discerniendo entre nuestros más firmes deseos la voluntad de Dios. Dando tiempo al tiempo. Sin límites en los grandes proyectos pero cuidando finamente las cosas pequeñas.

Levantándose

Hay gente que se levanta creyendo que el cielo existe; que cada minuto triste que pasa será que lo quiere Dios.

Y yo, y yo me levanto, sabiendo que lo que existe, son sólo minutos tristes que pueden pasar si lo digo yo.

Hay gente que se levanta, rezando sus oraciones, pidiendo que le perdonen la vida por ser como saben ser.

Y yo, y yo me levanto, sabiendo de mis defectos, sabiendo de lo imperfecto que soy por querer ser y no saber.

Y hay gente que se levanta, cubierta de miedo y culpa, creyendo que si se ocultan del mundo van a vivir mejor.

Hay gente que se levanta, tan sola y desprotegida, que quiere que su alma herida no vuelva a confiar nunca en nadie más.

Y yo, y yo me levanto confiando en mis cuatro vientos, sabiendo que hay mil momentos que van y que ayudan que son verdad.

Y hay gente que se levanta, queriendo olvidar la forma de hacerle caso a las normas que marcan su propia necesidad.

Y yo, y yo me levanto, exactamente igual.

Contemplando la que se le avecina

Contemplando la que se le avecina a Cristo. Sabiendo a quién ha escogido y sabiendo yo de quién me he fiado. Aun pudiendo esquivar, escapar, teniendo motivos absolutamente legítimos para hacerlo, no busca librarse. Se sometió para librarme, para que no fuera pasto de mi propio egoísmo, para que encontrara un camino de felicidad. Y mirándolo así, pienso en qué he hecho, qué hago y qué pienso hacer por quien tanto me ama.

Hermanos en Cristo

Intentando aclarar cosas que ya están claras. Pensando en dar explicaciones por cosas que ya están explicadas. Contemplando entendimientos que entienden, oídos que escuchan, con el deseo de que lo difuso se haya hecho claro y lo ambiguo explicado. Dándose tiempo entretanto, con cosas importantes que nos trascienden y agradeciendo el cariño fraterno de hermanos en Cristo.

Cosas no resueltas

Contemplando cosas que se quedan incrustadas en el corazón. Olvidadas, afloran de pronto, sin que uno casi lo aprecie. Cayendo en la cuenta de que no están aún resueltas. Invocando al amor de Dios, para que haciéndose presente, me enseñe a mirarlas con sus ojos, para que su mirada sanadora las vaya resolviendo.

Yendo a lo práctico

Viviendo a fondo lo humano. Yendo más allá de lo empírico para descubrir a Dios en el encuentro personal. Cercanía, proximidad, contemplando a la Iglesia como hospital de campaña tras una contienda. Con deseo de centrar la acción en las fronteras.

Sirviendo al más grande, Jesucristo

Contemplando la respuesta de un amigo y colaborador, tras un malentendido con otro que por su exceso de entusiasmo, sin darse cuenta, le quitó su puesto y papel: «Te quiero mucho y no quiero apagar tu entusiasmo en cada cosa que haces, porque estamos sirviendo al mas grande, Jesucristo». Superando y aclarando malentendidos, porque al fin y al cabo estamos aquí solamente, para servir al más GRANDE, Jesucristo.

Por no meterme en el fango

Preguntándome en la intimidad qué estoy haciendo con mi vida. ¿Podría gestionarla de otra manera? En plena campaña contra el hambre de Manos Unidas, hoy pido perdón, Señor, por asomarme desde mi balcón, a las miserias de tierra, a la gente que no interesa. Por no meterme en el fango y hacer mío su dolor.

Los maricones tienen que morir uno a uno y tú vas a ser el próximo

Este artículo presenta una entrevista con el testimonio de Alex, actualmente socio de CRISMHOM y llegado a España gracias a Amnistía Internacional. Esta entrevista está disponible en registro de audio (pulsa AQUÍ para escucharlo en el minuto 6:40) a través de radio Al-Euskadi: Mi nombre es Alex David Sánchez Álvarez y tengo 25 años. Las amenazas, la intimidación y las agresiones que he recibido por ser activista del colectivo LGBTI me han obligado a abandonar mi país, Honduras. Por eso, el 6 de julio de 2011 llegué a Madrid por circunstancias excepcionales, acogido a través del programa de defensores y defensoras de derechos humanos de Amnistía Internacional.