Anotaciones de Teresa de Calcuta

Anotaciones se la Madre Teresa de Calcuta para aprender en qué consiste amar: no importa lo que se hace, sino el amor con que se hace. Lo importante es hacer cosas ordinarias, pequeñas, con un amor extraordinario. Una vida sin amor no vale nada y vale todo cuando se ama. No hay pobreza o sufrimiento mayor que el de ser rechazado. Creer que en cada persona podemos encontrar a Dios y que Dios es Padre y fuente de vida.

Regocijaos

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré:¡Regocijaos! 5 Vuestra bondad sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4, 4ss)

Principio y fundamento

El fundamento de mi vida es sentir que no pertenezco a este mundo, pero aún así Dios me pide que esté y trabaje en él. Que estoy sellado por su Espíritu y que por mucho que pretenda esconderlo, estoy tocado por su mano y se me nota. Descubrir que hay cosas que a pesar de despertar desde hace años gran pasión en mí, ya no me interesan tanto y están dejando paso a otras que no imaginaba. El fundamento de mi vida es descubrir que Jesús de Nazaret ha sido desde pequeño mi mejor amigo, mi amado. Que tengo que seguir buscando y replanteando las cosas, admitir que las motivaciones se agotan, las etapas se cierran y ver cómo cada vez más claramente aflora lo más esencial y vital de mí mismo. El fundamento de mi vida es gozar intensamente al contemplar lo bien hechas que están las cosas inspiradas por su Espíritu. El fundamento de mi vida es dar gracias porque mi queridísimo Señor intenta siempre estar alrededor de mí.

Anotaciones sobre la libertad

Ser libre es admitir que hay un SEÑOR en mi vida. Jesús es libre porque entrega su vida. Lo mismo hacen los esposos: se entregan mutuamente todos los días de su vida. Sólo se experimenta la libertad desde la experiencia de sentirse amado. Ser libre es dejarse moldear por el Espíritu y por Dios. Ser libre no es ser perfecto, se trata de vencernos y disponernos frente a los apegos desordenados. Vivir libre está relacionado con vivir ligero de equipaje, sin acumular. Ser libre es sentir que en manos de Dios no tenemos nada que perder. Siguiendo el deseo hondo, la determinación deliberada y no la apetencia o el deber.

Enviados

Que el Señor te bendiga y te proteja. Que inspire y colme tu ministerio de su presencia. Que te convierta en medio eficaz y presente de su amor. Que te dé plenitud, felicidad y la fuerza que concede la alegría del evangelio, sabiendo lo preciado que eres para Él, así como lo preciado del encargo que te hace. Que la bondad y sencillez de tu caminar, te confieran una salud de hierro y la paz interna de hacer lo que Dios quiere de ti.

No quieras pensar

No quieras pensar que Cristo se ha olvidado de ti.

Gracias por nuestras dudas, porque nos ayudan a crecer.

Dame, Señor, todo ese amor que me pides. Dame todo ese amor. Dame más amor.

Revestido de humildad

Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios se opone a los orgullosos y da su ayuda a los humildes.
Humíllense bajo la mano poderosa de Dios, para que él los eleve en el momento oportuno.

Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes.
Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar.

Feliz Pascua de Resurrección

Exulten por fin los coros de los Ángeles, exulte la alegría de los niños, de nuestros hijos, sobrinos y nietos.

Exulte el vigor y la fuerza de los jóvenes que nos acompañan, que las trompetas anuncien la salvación, que la riqueza instrumental y vocal con la que hemos sido bendecidos en esta Pascua anuncie que esta es la noche de la VIDA.

Goce también la tierra inundada de tanta claridad y goce nuestro corazón que te anhela en la noche, ¡Oh Dios! Mi corazón te anhela sólo a ti, Señor.

Esta es la noche en la que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres.

Esta es la noche en que toda la tierra, al igual que nosotros, la Iglesia se reúne para celebrar que CRISTO HA RESUCITADO.

Esta es la noche en la que más que nunca cobra sentido educarnos en la interioridad del corazón, para acoger al Cristo que sale del sepulcro.

Esta es la noche en la que tener un corazón humilde nos permite contemplar el misterio que reservaste a los sencillos.

Sábado Santo: día de espera

El Señor nos da hoy una lengua de iniciado para saber cómo decir al abatido una palabra de aliento.

Sintiéndonos extranjeros entre los nuestros, hoy es día de indecisión y espera confiada. No queramos pensar que Cristo se ha olvidado de nosotros. Recordando a aquellos que piensan que no son dignos de la mirada y el cariño de Jesús.

Aprendiendo a canalizar nuestra interioridad para servicio de los demás. No poniendo el énfasis en crear polémica, aunque en ocasiones haya que hacerlo.

Tras un rato de preparación de oficios, decoraciones y festejos, salimos camino arriba a renovar las promesas de nuestro bautismo. Admirando vistas maravillosas y aminorando el paso dando un respiro a los que les cuesta un poco más subir. Haciendo una foto de grupo para inmortalizar estos días de comunidad. Renovando nuestro bautismo con el agua de un arroyo cercano.

Viernes Santo: acompañando la muerte de Jesús

Iniciando el día volviendo nuestros ojos a Jesús, volviendo los ojos a nuestro Señor: «Oculi nostri ad Dominum Jesus. Oculi nostri ad Dominum nostrum». El día en que los seres humanos nos volvimos y nos seguimos volviendo contra ti. El siervo de Yavé justificará a muchos, porque ofreció su vida por los que le entregaban.

A tus manos encomiendo mi espíritu, dice Jesús. Te han desechado como a un cacharro inútil, pero sigues confiando en el Padre. Jesús, no quieras pensar que el Padre se ha olvidado de ti.
Encomendando a los condenados a muerte, los enfermos terminales y a todos los necesitados de redención.

Integrando en la oración los gritos de los niños pequeños, gritando Abba, mamá y papá.