Verse condenar sin culpa y callar II

(Verse condenar sin culpa y callar), porque nunca oí decir cosa mala de mí que no viese quedaban cortos; porque, aunque no era en las mismas cosas, tenía ofendido a Dios en otras muchas, y parecíame habían hecho harto en dejar aquéllas, y siempre me huelgo yo más que digan de mí lo que no es, que no las verdades (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 3).

Verse condenar sin culpa y callar

Confusión grande me hace lo que os voy a persuadir, porque había de haber obrado siquiera algo de lo que os digo en esta virtud; es así que yo confieso haber aprovechado muy poco. […] Porque verdaderamente, es de gran humildad verse condenar sin culpa y callar y es gran imitación del Señor que nos quitó todas las culpas. Y así os ruego mucho traigáis en esto gran estudio, porque trae consigo grandes ganancias; y en procurar nosotras mismas librarnos de culpa, ninguna, ninguna (ganancia) veo, si no es -como digo- en algunos casos que podría causar enojo o escándalo no decir la verdad. Esto, quien tuviere más discreción que yo lo entenderá (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 1).

San Ignacio de Loyola

Hoy, día de San Ignacio de Loyola, traemos a nuestra memoria la andadura de un hombre que se convirtió en excepcional dejándose hacer por Dios en su búsqueda incansable de encuentro con Él. También damos gracias por la Compañía de Jesús, para que pese a sus limitaciones humanas, siga siendo instrumento eficaz de encuentro con Cristo. Para que Dios continúe llamando braceros a su mies y nosotros respondamos prestos y diligentes a esa llamada. Para que aprendamos en todo amar y servir, buscando y encontrando a Dios en todas las cosas. Discerniendo entre buen y mal espíritu para elegir indiferentemente lo que más nos conduce al servicio de su Divina Bondad. Pidiendo su amor y gracia, que esta nos basta.

Tomad, Señor, y recibid

Tomad, Señor, y recibid, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad.
Todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro. Disponed de todo a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta (San Ignacio de Loyola).

Todo va a ir bien

Todo va a ir bien Mientras haya un horizonte en esta tierra, mientras no pierdas las ganas de reír, mientras brille en nuestro cielo alguna estrella, no te rindas, no te canses de vivir.

TODO VA A IR BIEN, TODO VA A IR BIEN TODO, TODO, TODO TODO VA A IR BIEN

Mientras haya quien denuncie en las aceras, la injusticia, las promesas sin cumplir… Mientras quede algún peldaño en tu escalera, no te pares, no lo dejes sin subir. Mientras siga amaneciendo en cada aldea, mientras falte una canción por escribir, mientras sepas que aún te merece la pena, no te calles, no te quedes sin decir…

TODO VA A IR BIEN… TODO VA A IR BIEN… …DE ALGUN MODO SÉ QUE TODO… TODO VA A IR BIEN.

Pongo mi vida en tus manos

Pongo mi vida en tus manos.
Padre mío me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Estoy dispuesto a aceptarlo todo.
Porque Tú, Tú eres mi Padre.
(Luis Guitarra)

http://www.youtube.com/watch?v=2P-XxlfAoGk&feature=youtube_gdata_player

Un caño, ¡qué poca cosa, Señor!

Caño de una fuente de caminantes. Los que pasan se fijan en el agua, pero ¿y en el caño? Si fuera de oro seguro que me mirarían, pero ¡qué poco tiempo estaría en la fuente del camino! Iría a parar a un museo tal vez, o a un taller de fundición. Dejaría de ser útil, de recibir y dar agua. ¿Y si fuera de plata? A lo mejor duraría un poco más. Pero, acabaría quizás en una vitrina o transformado en algo más valioso.

Pero soy muy poca cosa, Señor, ¡un caño de hierro, latón, hojalata! ¡Qué más da, nadie se fija en mí! Pero, ¡qué me importa! Sé que fuente sin caño, dejaría de ser fuente.

Aquí estoy para recibir el agua limpia y fresca y simplemente ofrecerla al caminante, para apagar su sed, al cansado, para hacer un alto en el camino al sudoroso, para refrescarle.

No aspiro a más, pero tampoco a menos. Sé que sólo presto un servicio. Doy lo que recibo. Nada me quedo para mí. Soy para los otros.

Nunca podré terminar de darte GRACIAS

Tú sales a mi encuentro, tú estás allí, Tú estás en todas partes, Tú haces de la oscuridad luz y de la noche día. Por eso todo es claro para ti. Señor, Tú me has creado, Tú me has hecho un corazón para ti.

Nunca podré terminar de darte gracias, por todas las maravillas que has hecho en mí y en todas las cosas. Son más que las arenas del mar porque no se pueden contar.

Señor, te he descubierto, ya NO estoy SOLO. Jamás, jamás te cansarás de amarme, TU AMOR ES UNA MARAVILLA.

Señor, yo también te quiero conocer,quiero escuchar tu palabra. Yo a veces no sé lo que quieres decir, pero veo tu amor por nosotros. Señor, yo también te quiero, mira mi corazón. Tú sabes lo bueno y lo malo y Tú sabes que te quiero. Abre mi corazón y llénalo de Ti. Te quiero conocer como Tú me conoces a mí. No me dejes solo en el camino, llévame de tu mano y GUÍAME HACIA TI (Sal 138).

Del que se siente amado por Dios

Señor, Tú me miras, me penetras y me amas, me conoces cuando me siento y me levanto.
Tú conoces los pensamientos de mi corazón, cuando camino o descanso, Tú cuidas de mí, Tú adivinas lo que voy a hacer …
Tú me crees, Tú me amas, Tú me guias, Tú me cuidas.
Las palabras no han salido de mi boca y ya sabes lo que voy a decir. Me quieres tanto que tu cariño me envuelve por todas partes, me cubres y me escondes entre tus manos.
Eres inmenso, eres grandioso, eres sabio. No te puedo comprender ni alcanzar porque eres muy grande para mí. Tampoco puedo huir de tu mirada, porque me buscas, con ternura, de día y de noche, por todas partes y aunque me esconda de ti, Tú sales a mi encuentro, tú estás SIEMPRE ahí (Sal 138).

Amor saca amor

Que amor saca amor: “[…]  que  siempre  que  se  piense  de  Cristo,  nos  acordemos  del  amor  con  que  nos  hizo tantas  mercedes  y  cuán  grande  nos  le  mostró  Dios  en  darnos  tal  prenda  del  que  nos  tiene; que amor saca amor.  Y  aunque  sea muy  a los  principios  y  nosotros muy  ruines,  procuremos ir mirando  esto  siempre  y despertándonos  para  amar; porque  si  una  vez  nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo  fácil y obraremos muy en breve y muy sin trabajo” (Libro de la Vida 22, 14).
 

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